Pasos

• Primero cocinamos la calabaza; yo prefiero hacerla al horno.

  (también se puede usar la freidora de aire)

  Una vez cocida, si el compuesto está muy húmedo, escurrimos el exceso de agua en un colador y dejamos que el puré se enfríe.

  Trituramos la calabaza cocida hasta obtener un puré.

• Colocamos en el vaso de la amasadora la leche, la levadura y el azúcar y dejamos girar usando la herramienta de hoja o el gancho, hasta que la levadura esté bien disuelta.

  Añadimos la harina, el puré de calabaza, la sal y comenzamos a amasar.

  Después de unos 5 minutos, cuando se ha formado un buen compuesto, añadimos la mantequilla en trozos poco a poco y los aromas como la vainilla.

  Cuando hemos obtenido un compuesto liso y terso que se separa de los bordes de la amasadora, tomamos la masa de los bollos y la dejamos reposar durante unas 2 horas en un cuenco cubierto, o directamente en el cuenco de la amasadora.

• Después de la primera fermentación en masa de los bollos, podemos tomar la masa y dividirla en pequeñas bolas de aproximadamente 80 g. (menos si las queréis más pequeñas)

  Hacemos rodar cada bola bajo la palma de la mano y las colocamos en una bandeja forrada con papel de horno.

  Con la cuerda de cocina intentamos dar a los bollos dulces la clásica forma de calabaza.

  

• Una vez creados nuestros bollos de calabaza, los ponemos en un lugar bien cubierto, incluso en el horno, y los dejamos fermentar otra vez.

  Tardará entre 30 minutos y una hora, dependiendo de la temperatura.

  Cuando hayan duplicado su tamaño, hornead en horno precalentado a 180 grados durante unos 20 minutos, pero podría llevar más tiempo si son más grandes o menos tiempo si habéis hecho bollos más pequeños.