Pasos

• Primero prepara la polenta. Esta vez he preparado la instantánea, pero puedes prepararla de la manera tradicional o en olla a presión. Obviamente, esta es una receta de aprovechamiento y, por lo tanto, una idea genial para reutilizar la polenta sobrante. Pon el agua a hervir en una cacerola con la sal y, cuando esté hirviendo, retira del fuego. Vierte la harina en forma de lluvia y mezcla con un batidor de mano para evitar la formación de grumos.

  Vuelve a poner la olla al fuego y continúa la cocción durante 1 minuto. Luego vierte la polenta en un bol y deja enfriar un poco. Mientras tanto, corta la scamorza en cubos. Después, humedece un poco las manos y toma un poco de polenta con una cucharadita. Aplánala ligeramente y coloca un trozo de queso en el centro. Ciérrala usando las manos para formar albóndigas.

  Pon un poco de harina de polenta integral en un plato y pasa las albóndigas una a una. Luego calienta una sartén con abundante aceite de semillas y, cuando haya alcanzado la temperatura correcta, sumerge pocas albóndigas a la vez. Para saber si el aceite está listo para freír, sumerge la mitad de un palillo de dientes. Si comienza a hacer burbujas, entonces es el momento de freír. Cocina las albóndigas durante 3 o 4 minutos, dándoles la vuelta con una espumadera y, cuando estén bien doradas por todos lados, escúrrelas en papel absorbente.

  

• ¡Las albóndigas de polenta están listas! Sírvelas aún calientes y fundentes, o si las has preparado con antelación, caliéntalas en la freidora de aire durante unos minutos.