Croissant caseros

¿Quién no querría desayunar todos los días con un capuchino y croissants caseros? Deliciosos pastelitos franceses, famosos en todo el mundo y muy apreciados por la mañana. Ideales para degustar solos, o con crema pastelera, mermelada o crema de avellanas, estos croissants franceses siempre gustan a todos.

Os confieso enseguida que la receta no es rápida de realizar, ¡pero os brindará muchísimas satisfacciones! Diferentes de los croissants italianos, los croissants tienen una masa de hojaldre, sin huevos y sin mantequilla, que en cambio encontramos en el laminado. La parte más importante de la preparación, que hace que estos croissants sean especiales tanto desde el punto de vista visual como en el sabor.

Caracterizados de hecho por una nota de mantequilla destacada, pero al mismo tiempo ligeros como nubes y delicadísimos. Crujientes por fuera y alveolados por dentro, estos croissants os conquistarán al primer bocado. Hacía mucho tiempo que quería intentar replicarlos, pero solo la idea de tener que hacer todos los pasos del laminado con las esperas asociadas no me entusiasmaba demasiado. En esta receta, sin embargo, encontraréis algunos trucos y consejos para evitar los largos tiempos de reposo en el frigorífico, pero de esto os hablaré más adelante.

Y así un sábado por la tarde, mientras navegaba en las redes sociales, me encontré con un vídeo de estos croissants laminados a la francesa y me intrigó además de tener una enorme gana de comerme uno enseguida. No son muy sencillos, pero creedme, siguiendo todos los pasos y consejos, estoy segura de que os resultará más fácil de lo que pensáis, como me pasó a mí.

Bueno, ¿qué os puedo decir más? Creo que podemos ponernos manos a la obra, ¿qué decís? Entonces vamos juntos a la cocina, porque los croissants caseros estarán listos en un click!

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croissant caseros
  • Dificultad: Muy fácil
  • Costo: Muy económico
  • Tiempo de reposo: 2 Horas
  • Tiempo de preparación: 3 Horas
  • Porciones: 8Piezas
  • Métodos de Cocción: Horno
  • Cocina: Francesa
  • Estacionalidad: Todas las estaciones
283,72 Kcal
calorías por ración
Información Cerrar
  • Energía 283,72 (Kcal)
  • Carbohidratos 31,89 (g) de los cuales azúcares 6,18 (g)
  • Proteínas 4,02 (g)
  • Grasa 16,55 (g) de los cuales saturados 10,45 (g)de los cuales insaturados 6,06 (g)
  • Fibras 4,22 (g)
  • Sodio 292,66 (mg)

Valores indicativos para una ración de 48 g procesada de forma automatizada a partir de la información nutricional disponible en las bases de datos CREA* y FoodData Central**. No se trata de consejos alimentarios y/o nutricionales.

* CREATES Centro de Investigación sobre Alimentación y Nutrición: https://www.crea.gov.it/alimenti-e-nutrizione https://www.alimentinutrizione.it ** Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, Servicio de Investigación Agrícola. FoodData Central, 2019. https://fdc.nal.usda.gov

Ingredientes

  • 250 g harina (W 260 o con al menos 12% de proteínas)
  • 65 g agua (a temperatura ambiente)
  • 65 g leche (a temperatura ambiente)
  • 40 g azúcar
  • 4 g levadura de cerveza deshidratada
  • 6 g sal
  • 150 g mantequilla (blanda)
  • 30 g harina 00

Herramientas

  • Amasadora
  • Bol
  • Rodillo
  • Bandeja de horno
  • Papel de horno

Pasos

  • Hablemos primero del tipo de harina. Para este tipo de masa será necesario utilizar una harina con al menos el 12% de proteínas. Encontraréis estas indicaciones en el paquete, en la tabla con todos los parámetros nutricionales. Yo he utilizado la harina W260.

    Además podéis realizar esta masa utilizando la amasadora, que seguramente será más rápida y práctica, o como hice yo, amasando con las manos. En este último caso, será necesario un poco más de paciencia para trabajar la masa, hasta que resulte lisa y homogénea. Otro consejo que os dejo, es de sacar la mantequilla de la nevera al menos un par de horas antes para poder trabajarla más fácilmente. Además, cortadla en trozos pequeños, os resultará más sencillo.

    Empecemos ahora con los pasos de la receta. Poned entonces en el bol la harina con la levadura, el azúcar, el agua y parte de la leche. Comenzad a mezclar con una cuchara, luego cuando los líquidos hayan absorbido los polvos, añadid la sal y la leche restante. Amasad con las manos o con la amasadora utilizando el gancho, durante al menos 10 minutos, o hasta que obtengáis una masa lisa y homogénea.

    Cubridla posteriormente con film transparente y dejadla leudar durante 2 horas o hasta que duplique su tamaño.

    mezcla todos los ingredientes, forma un panecillo y déjalo leudar durante 2 horas
  • Mientras la masa leuda, preparad la mantequilla para el laminado. Poned entonces la mantequilla en un bol con la harina y mezclad bien los dos ingredientes. La adición de la harina servirá para absorber el porcentaje de agua presente en la mantequilla y de este modo evitar que se rompa durante la laminación. De este modo, de hecho, la mantequilla se volverá más plástica.

    Estiradla posteriormente entre dos hojas de papel de horno, donde habéis dibujado un cuadrado de 20 cm por lado. Cubrid bien y dejad reposar en el frigorífico. La mantequilla para ser incorporada durante la fase de laminado, deberá estar a una temperatura de +4°C. Si estuviera demasiado caliente, dejadla reposar aún en el frigorífico, de lo contrario arriesgaríais la salida de la mantequilla durante el laminado. ¡No tengáis prisa! La prisa en estas preparaciones es una mala compañera.

    trabajad la mantequilla con la harina y estiradla entre dos hojas de papel de horno
  • Pasadas las horas de leudado de la masa, retómala y volteadla sobre una superficie de trabajo. Estiradla hasta formar un rectángulo con un grosor de 1.5 cm y de tamaño 35 x 20 cm. Colocad el panecillo de mantequilla en el centro, llevad los dos bordes de masa vacíos hacia el centro, de modo que cubran la mantequilla y sin superponerlos. Cerrad bien los bordes y ponedla en el frigorífico a reposar durante al menos una hora, cubriendo la masa con film.

    formad un rectángulo, colocad el panecillo de mantequilla y cerrad los bordes libres hacia el centro
  • Pasado este primer largo reposo necesario para que también la masa alcance una temperatura adecuada a no calentar la mantequilla, retomad el panecillo y estiradlo en el sentido de los pliegues, formando un rectángulo con un grosor de 7 mm. Para facilitaros, podéis dar unos golpecitos a la masa con el rodillo y estirarla así más fácilmente. ¡La mantequilla no deberá salir! Si sucediera, dejad reposar la masa aún en el frigorífico.

    Formad ahora el primer giro de pliegues a 4: doblar la masa a 3/4 y 1/4. Dobládla posteriormente, superponiéndola sobre sí misma, envolvedla en film transparente para alimentos y dejadla reposar en el congelador durante 25 minutos. Este es el truco para no esperar otra hora de reposo en el frigorífico y acelerar los tiempos. Os lo digo, la masa no deberá congelarse, sino simplemente deberá enfriarse nuevamente después de haberla estirado con el rodillo, para que la mantequilla no se derrita y no salga durante la manipulación y el estirado.

    haz el primer pliegue a 4 y deja reposar en el congelador
  • Retoma nuevamente el panecillo de hojaldre y estírala en el sentido de los pliegues, hasta formar un rectángulo de un grosor de 7 mm. Dobládla posteriormente un extremo de masa a 1/3 y superponed el otro. Hecho el pliegue a 3. Envolved nuevamente el hojaldre en film y dejad reposar en el congelador durante 15 minutos.

    haz el pliegue a 3 y deja reposar en el congelador
  • Y ahora, terminados todos los giros de pliegues, ha llegado el momento de cortar los croissants. Estirad nuevamente una última vez el hojaldre, hasta formar un rectángulo de 7 mm de grosor y con dimensiones de 40 x 20 cm. Cortad 8 triángulos y formad los croissants tirando ligeramente de la punta. Cuanto más largo sea el triángulo, más vueltas podréis hacer y mejor será el resultado.

    Colocad los croissants distanciándolos entre ellos, en una bandeja cubierta de papel de horno y dejad leudar nuevamente durante 1 o 2 horas, hasta que dupliquen su tamaño. Después, pincelad la superficie con yema de huevo batida con un poco de leche.

    preparación de los croissants caseros
  • Cocinad los croissants laminados a la francesa en horno precalentado a 180°C con función estática durante 30 minutos, o hasta que la superficie esté dorada.

    cocina los brioches en horno estático durante 30 minutos y deja enfriar

Conservación y consejos para los croissants caseros

Los brioches laminados pueden conservarse en un lugar fresco y seco durante 1 o 2 días, cubiertos con una campana de vidrio.

Os lo digo, ¡no tengáis prisa! Es un momento arruinar el trabajo de horas y tener que replicar todo desde el principio. Respetad los tiempos de reposo indicados y si es necesario, prolongadlos, evaluando de vez en cuando la consistencia y la temperatura de la masa, para evitar que la mantequilla se derrita durante el estirado y salga, comprometiendo así el trabajo realizado

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FAQ Preguntas y Respuestas para los croissants caseros

  • ¿Se pueden congelar?

    Sí, claro, una vez formados los croissants puedes congelarlos poniéndolos durante 1 hora en una bandeja. Después puedes ponerlos en bolsas para congelar. De este modo puedes conservarlos durante 1 o 2 meses. Cuando los necesites, sácalos del congelador y déjalos descongelar en el frigorífico cubriéndolos. Después, déjalos a temperatura ambiente hasta que dupliquen su tamaño durante un par de horas y cocínalos como se indica arriba en la receta.

  • ¿Se pueden preparar el día anterior?

    Sí, puedes formar los croissants el día anterior y dejarlos en el frigorífico toda la noche cubriéndolos con film. Al día siguiente (a la mañana siguiente) déjalos a temperatura ambiente durante un par de horas hasta que dupliquen su tamaño y procede como se indica en la receta

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