Aquí tenéis la receta que para mí es infalible para bomboloni altos, hinchados y suaves como una nube.
Quiero hacer una advertencia que para mí es importante: hacer bomboloni de forma regular, bien inflados, muy suaves y con la inconfundible línea más clara en el centro no es nada difícil, pero tampoco es tan sencillo como a veces veo escrito.. Buenísimos, con los ingredientes adecuados, siempre resultan bien, pero, si sois un poco perfeccionistas como yo, podríais necesitar un par de intentos antes de estar completamente satisfechos y decir: ‘¡WOW!’
Lo que he hecho en lugar vuestro ha sido, entonces, probar más de una receta y, cuando encontré la combinación de ingredientes que me satisfacía plenamente, los probé un par de veces más para captar esos pequeños pero importantes secretos para daros, para maximizar las probabilidades de que quedéis completamente satisfechos con vuestros bomboloni, a la primera golpe 😉
Porque os aseguro que verlos logrados a la perfección es una grandísima satisfacción!
Otra pequeña advertencia, antes de daros la RECETA y sobre todo el VIDEO COMPLETO y DETALLADO, os explico brevemente la diferencia entre bomboloni y krapfen, algo que siempre me pregunté también antes de intentar hacerlos:
– los bomboloni nacieron en Toscana y originalmente sin huevos en la masa y sin relleno, decorados en la superficie con azúcar granulada.
– los krapfen, en cambio, nacen con huevos en la masa, con relleno en el interior y decorados en la superficie con azúcar glas.
Hoy en día, al menos aquí en Italia, las características del bombolone y del krapfen se han un poco mezclado entre sí y es por eso que se oyen nombrar mucho más a menudo los bomboloni, incluso si están preparados con huevos en la masa y están rellenos.
Ah, estaba a punto de olvidar una cosa muy importante: os dejo AQUÍ el enlace directo a la receta (con vídeo completo) de mi crema pastelera perfecta para rellenar vuestros bomboloni porque tiene una consistencia lisa, envolvente y no se derrama!
Está bien, ha llegado el momento de pasar a la parte práctica, seguidme y luego me diréis si tengo razón al decir que esta RECETA, combinada con todos mis consejos y el VIDEO COMPLETO, os hará decir ‘¡wow’!

- Dificultad: Media
- Costo: Económico
- Tiempo de reposo: 12 Horas
- Tiempo de preparación: 30 Minutos
- Porciones: dosis para unos 15 bomboloni
- Métodos de Cocción: Fritura
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Otoño, Invierno y Primavera
Ingredientes para realizar los BOMBOLONI
- 250 g harina Manitoba (con al menos 13 g de proteínas, ver ingredientes en el envase)
- 250 g harina 00 (+ otros 90 g aproximadamente hacia el final de la masa)
- 3 huevos (medianos)
- 90 g azúcar
- 37 ml agua
- 95 ml leche entera
- 10 g sal fina
- 25 g levadura de cerveza fresca (o 7 g de levadura de cerveza seca)
- 40 g aceite de semillas (yo uso el de semillas de girasol)
- ralladura de 1 limón (con cáscara comestible)
- 1 sobrecito vainillina (o 1 cucharadita de extracto de vainilla)
- 2 l aceite de semillas de cacahuete (o aceite para freír, cantidad según el tamaño de tu cacerola)
Herramientas para realizar los BOMBOLONI
- 1 Bol amplio
- 1 Espumadera
- 1 Rascador de masa
- 1 Sartén para freír yo utilizo una de aluminio 26 cm
- Termómetro para alimentos
Pasos para realizar los BOMBOLONI
En un bol muy amplio verted leche y agua (previamente tibias juntas en el fuego), luego el azúcar y la levadura de cerveza fresca desmenuzada con las manos (o un sobre de levadura seca).
Mezclad bien con un batidor hasta que la levadura esté completamente diluida. Dejad a un lado un momento.
En otro bol verted ambas harinas y la sal, mezclad bien con una cuchara.
Retomad el bol con los líquidos y cascad en él los huevos, verted el aceite de semillas y mezclad siempre muy bien con el batidor manual. Comprobad que el aceite también se haya mezclado bien con el resto de los líquidos.
A este punto, verted la mitad de la harina dentro de los líquidos, coged un tenedor y comenzad a mezclar hasta que la mezcla esté bien suave y sin grumos, es decir, cuando la harina esté completamente incorporada.
Añadid ahora la harina restante, toda de una vez, y mezclad siempre con el tenedor, hasta que la mezcla resulte aún muy pegajosa y grumosa pero no veáis más el blanco de la harina.
Llegados a este punto, dejáis reposar la masa a temperatura ambiente durante 5-6 minutos; mientras tanto, preparad un bol pequeño con aproximadamente 90 g de harina 00, que necesitaréis apenas termine de reposar la masa.
Terminada la pausa, verted un poco de harina sobre la masa, hasta que tenga una consistencia un poco menos pegajosa, justo lo necesario para transferirla sin problemas a vuestra superficie de trabajo, preferiblemente una tabla de madera.
Comenzad a trabajar la masa, en total deberéis trabajarla durante aproximadamente 7-8 minutos, incluso 10 si os apetece.
Añadid un poco de harina cada vez que sintáis que la masa comienza de nuevo a pegarse un poco a los dedos.
N.B.: la cantidad de harina que utilizaréis en estos 10 minutos dependerá de muchos factores como la calidad de la harina, el tamaño de los huevos, la temperatura de vuestra casa, etc. Podríais, entonces, no necesitar utilizar todos los 90 g que habíais preparado, como quizás podrían necesitarse algunos gramos más. Lo importante es que no superéis los 100 g de harina añadida, porque en este caso los bomboloni os resultarían poco suaves.
Cuanto más amasaréis y más altos y suaves serán vuestros bomboloni!
Cuando la masa esté bien suave, blanda pero no pegajosa, dadle una forma lo más posible de bola y ponedla en un bol amplio después de haberlo untado con algunas gotas de aceite de semillas.
Cubrid el bol con film alimentario, luego ponedlo en el frigorífico durante 10-12 horas.
Os recomiendo encarecidamente, entonces, preparar la masa por la noche y dejarla en el frigorífico toda la noche. De esta manera, vuestros bomboloni estarán listos al final de la mañana siguiente.
Pasada la noche, entonces, sacad del frigorífico el bol, deberíais ver la masa que ha aumentado de volumen, pero no muchísimo porque las bajas temperaturas del frigorífico ralentizan mucho la fermentación.
Aplastad ligeramente con los dedos la masa y reformad una bola (mirad el VIDEO si queréis estar más seguros de los pasos).
A este punto, sacad con un rascador de las porciones de masa de unos 70 gramos (mejor un poco menos de 70 que más de 70 g) y formad unas bolitas lo más suaves y regulares posibles, ayudándoos con los movimientos de las manos, acompañando la masa delicadamente desde el centro hacia abajo de cada bolita (para este paso os ayudará muchísimo el video).
Os saldrán alrededor de 15 bolitas, que tendréis que colocar bien distanciadas entre sí – porque deberán más que duplicar su volumen – en dos bandejas forradas con papel de horno y a su vez las bolitas deberán estar bien cubiertas con film alimentario.
A este punto, vuestras bolitas deberán fermentar durante 2 horas y media/3 horas a temperatura ambiente, que debería estar entre 26 y 28 grados. Os recomiendo, entonces, precalentar el horno a 30°C grados, apagándolo manteniendo encendida la luz y meter las bandejas dentro del horno.
Veréis que las bolitas de vuestros futuros bomboloni casi triplicarán su volumen si habéis hecho todo correctamente hasta este punto.
¡Finalmente ha llegado la hora de freír! 😉
Sacad las bandejas justo el tiempo de cortar el papel de horno para separar unas de otras vuestras bolitas fermentadas, luego volved a meterlas enseguida en el horno al calor.
Mientras preparáis todo lo necesario y mientras calentáis el aceite, por favor mantened las bolitas dentro del horno, de lo contrario podrían desinflarse ligeramente, y eso no lo queremos en absoluto, ¿verdad?
Poned en el fuego de tamaño medio, con llama al máximo, vuestra sartén, a ser posible de aluminio (el aluminio distribuye más uniformemente el calor) con dentro abundante aceite de semillas de cacahuete.
Yo os recomiendo una sartén de diámetro grande con 2 litros de aceite por tres razones:
– podéis freír más bomboloni a la vez, máximo cuatro;
– lograréis controlar mucho más fácilmente la temperatura del aceite, algo FUNDAMENTAL para el buen resultado de una fritura.
– el nivel del aceite, a medida que freís, tenderá a bajar, por lo que si no partís de una cantidad generosa correréis el riesgo, a mitad de fritura, de que los bomboloni toquen el fondo de la sartén, lo que os arruinaría completamente todo el trabajo.
Calentad el aceite hasta unos 160°C grados; para controlar la temperatura, os recomiendo encarecidamente un termómetro de cocina, cuesta pocos euros y os ayudará tanto para todas las veces que tengáis que freír, como para muchas otras preparaciones como por ejemplo los asados. Si no tenéis el termómetro podéis sumergir una varilla de madera para brochetas y, si la punta comienza a crear muchas burbujitas alrededor, el aceite debería estar a la temperatura correcta.
Apenas el aceite alcanza la temperatura correcta, bajad la llama al mínimo y poned inicialmente un par de bomboloni – y a medida que fríen llegad a tener al menos 3 en la sartén a la vez, de lo contrario la temperatura del aceite subiría demasiado – sin tocarlos con las manos sino sujetándolos exclusivamente a través de su papel de horno.
Con una cuchara rociadlos con aceite hirviendo también en la superficie que queda en contacto con el aire; de esta manera veréis que vuestros bomboloni se hinchan aún más. Apenas se suelte sola, eliminad el papel de horno
Después de un par de minutos, giradlos. Si se forma la línea clara central significará que habéis hecho un EXCELENTE trabajo! Si no se forma, tranquilos, estarán buenísimos igualmente y al segundo intento seguramente lograréis obtenerla.
Cuando estén bien dorados por ambos lados, escurridlos bien con la espumadera y ponedlos en papel absorbente.
Cuando ya no estén ardientes, pero todavía calientes, ponedlos en un plato con azúcar granulada y hacedles dar un par de vueltas para cubrirlos bien.
Siempre mientras están aún tibios, rellenadlos con una manga pastelera con la crema que prefiráis o con mermelada. Si adoráis como yo la crema pastelera, aquí está AQUÍ el enlace directo a mi receta infalible con video completo para una crema densa, envolvente al paladar y que no gotea.
Y aquí están listos vuestros BOMBOLONI, ¡altos y suaves como una nube!
Conservación y consejos
Si os estáis preguntando si podéis cocerlos también al horno la respuesta es absolutamente SÍ; lo importante es que sepáis que cambia completamente la consistencia y también el sabor, serán similares a unos bollos dulces; realmente muy BUENOS, yo los preparo para rellenarlos con jamón y queso por ejemplo, o podéis considerarlos similares a los maritozzi y rellenarlos siempre con crema o nata montada.
Si tenéis intención de cocerlos en el horno, podéis también decidir prepararlos en una sola mañana, sin preparar la masa la noche anterior. La preparáis por la mañana temprano, la dejáis fermentar primero una hora y media en el horno a temperatura ambiente, luego una hora y media en el frigorífico y, una vez formadas las bolitas, otra horita aproximadamente en el horno a temperatura ambiente. Terminada la fermentación, coced a 180°C grados con horno ventilado durante unos 10 minutos y veréis cuánto estarán buenos y siempre muy suaves.
Vuestros bomboloni fritos es preferible comerlos en el día; son excelentes también el día siguiente si se guardan en un recipiente hermético y se calientan un poco al momento de disfrutarlos.
Si os ha gustado esta receta, encontráis AQUÍ el enlace directo a la página de mi blog dedicada a las RECETAS DE CARNAVAL.