Pasos

• Lavad los tomates y cortadlos en cubitos pequeños.

  Reunidlos dentro de una olla grande.

  

• Pon la olla al fuego y encended la llama. Agregad una pizca de sal que ayudará a los tomates a soltar su agua. Cocinad a fuego alto durante unos minutos, removiendo de vez en cuando para que no se pegue.

  

• Cuando los tomates estén bien deshechos, calentad un chorro de aceite en un cazo junto con un diente de ajo machacado.

  Añadid después los tomates cocidos y pasadlos por un colador fino o prensadlos con el pasapurés para eliminar semillas y pieles.

  

• Una vez obtenida una crema lisa y homogénea, unid la albahaca y cocinad durante unos 30 minutos para reducir la salsa de tomate del exceso de agua de vegetación.

  

• Verted la sémola en forma de volcán sobre la mesa de trabajo. Haced un hueco en el centro y añadid los huevos.

  Empezad a batir los huevos con un tenedor e incorporad poco a poco la harina circundante.

  

• Cuando la masa empiece a estar más firme, comenzad a amasar a mano, cada vez con más energía hasta obtener un bollo liso y homogéneo.

  Cubridlo con un bol, o envolvedlo en film plástico, y dejadlo reposar durante al menos 30 minutos a temperatura ambiente antes de extenderlo con la máquina de pasta o con el rodillo.

  

• Tomad ahora un trozo de masa y empezad a extenderlo para obtener una hoja delgada.

  En ese punto, cortad vuestras tagliatelle con la máquina de pasta o a mano con el cuchillo.

  

• Calentad agua en una olla grande, cuando hierva, salidla al gusto y sumergid vuestras tagliatelle de sémola.

  Dejad cocer durante 3-4 minutos, cuando estén tiernas pero todavía al dente escurridlas y sumergidlas directamente en la olla con la salsa de tomate fresco.

  Coced a fuego alto durante un minuto y luego servidlas, bien calientes.