Los conchiglioni gratinados al horno son un primer plato que te hará chuparte los dedos, perfecto para las mesas festivas porque puedes prepararlo con antelación y gratinarlo en el momento adecuado, ¡sencillo y delicioso como la receta de la abuela! ¡Con pocos ingredientes tendrás un primer plato rico y sabroso! ¡Pero ahora, ve a probar esta receta estupenda!
Otras recetas de primeros platos:

- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Muy económico
- Tiempo de preparación: 20 Minutos
- Porciones: 4 Personas
- Métodos de Cocción: Hervido, Horno eléctrico
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Otoño, Invierno, Navidad
Ingredientes para los conchiglioni gratinados al horno
- 250 g conchiglioni
- 2 cucharadas sofrito (apio, zanahoria, cebolla)
- 30 g aceite de oliva virgen extra
- 300 g carne picada mixta
- 700 g puré de tomate
- 1 vaso agua
- 50 g queso (rallado)
- c.s. sal
- c.s. pimienta mixta en grano (molida al momento)
Utensilios útiles
- Sartén
- Olla para pasta
- Bandeja de horno
- Cucharón
- Bol
Preparación de los conchiglioni gratinados al horno
Para empezar, hierve el agua en una olla y cuando esté hirviendo, añade los conchiglioni, cocínalos durante 5 minutos, luego escúrrelos y ponlos en un bol con un poco de aceite, mezcla y reserva (esto evita que se peguen).
En la sartén calienta el aceite y añade el sofrito, dóralo a fuego medio removiendo constantemente, luego añade la carne picada y desmenúzala con el cucharón (o cuchara), ajusta de sal y pimienta y cocina durante 5 minutos a fuego alto con la tapa.
Baja el fuego, añade el puré de tomate, el agua, ajusta de sal, mezcla y cocina 5 minutos con la tapa a fuego bajo, luego apaga el fuego.
En la bandeja de horno, pon un poco de salsa en la base, haz una capa de conchiglioni con la parte abierta hacia arriba, vierte la mitad de la salsa y distribuye la mitad del queso rallado, haz otra capa de conchiglioni, termina con la salsa restante, espolvorea con el queso restante.
Precalienta el horno a 250° y una vez caliente, hornea y cocina durante 25/30 minutos, al final de la cocción debe formarse una bonita costra crocante en la superficie. ¡Una vez cocidos, sácalos y sírvelos calientes!