Pasos

• Para que sea fácil limpiar el mango es importante que esté en el grado correcto de madurez, ni demasiado duro (que significaría verde) ni demasiado blando. Lavarlo bien y secarlo. Colocarlo en una tabla de cortar y cortar una rodaja a dos tercios en el sentido de la longitud. Es mejor no cortar el mango por la mitad porque su hueso se asemeja a un hueso de sepia y se extiende a lo largo de toda la fruta. Una vez obtenida la rodaja, cortarla en gajos y eliminar la piel con un cuchillo pelador. Cortar una segunda rodaja del lado opuesto al primer corte y proceder a hacer los gajos. En este punto queda la parte central del mango, la que tiene el hueso: poco a poco, insertando el cuchillo entre la piel y la pulpa, se puede intentar sacar aún un poco de pulpa.

  Triturar la pulpa obtenida de la zona cercana al hueso con 2 cucharadas de aceite y 2 cucharadas de miel y una pizca de sal. Montar el plato colocando las rodajas de mango en forma de corona, la rúcula en el centro y luego añadir también el jamón cocido en lonchas y la mozzarella en trozos. Sazonar con la pimienta rosa ligeramente machacada y completar con la salsa de mango.

  Para esta receta, el consejo es montar directamente en platillos de entrada o ensalada.