Pasos

• Limpiar los espárragos. Una vez limpios, cocinar los espárragos: deben atarse en un manojo con hilo de cocina y hervirse en una olla alta y estrecha (la espárraguera). Si no la tienes, puedes usar una olla normal que sea lo suficientemente ancha para contenerlos, y en este caso no deben atarse. O también puedes simplemente cortarlos en trozos y dorarlos en una sartén con un poco de aceite. Yo suelo cocinarlos al vapor en el microondas, pero debes prestar atención tanto al tiempo como al grosor de los espárragos. En mi caso, se cocinan en el recipiente adecuado durante 6/9 minutos a 900 w. Escurrir los espárragos y cortarlos en trozos, ajustar de sal, pero ten cuidado porque el speck es sabroso. En una sartén pequeña, sin añadir aceite, dejar dorar el speck hasta que se vuelva transparente. Cocinar los guisantes: en una cacerola, calentar el aceite y dejar que la cebolla finamente rebanada se dore suavemente. Añadir los guisantes (desgranados si usas frescos) y dejarlos sazonar durante unos minutos, removiendo de vez en cuando. Añadir el caldo de verduras o agua caliente hasta cubrirlos, ajustar de sal y dejar cocinar tapados durante diez/quince minutos. El tiempo de cocción dependerá de los guisantes que hayas utilizado: si son frescos o congelados, grandes o pequeños. Si el caldo se seca, añadir un poco más para completar la cocción. Hervir la pasta en abundante agua salada durante el tiempo indicado en el paquete. Escurrir la pasta y mezclarla con la bechamel, luego agregar el speck, los espárragos, los guisantes y el parmigiano rallado. Mezclar todo bien para amalgamar los ingredientes y luego transferir la pasta a una fuente para horno. Espolvorear con el parmigiano rallado y gratinar en horno precalentado a 180 °C durante veinte minutos o hasta que se forme una bonita costra dorada. ¡Servir la pasta bien caliente!