Pasos

• Limpiar los espárragos. Una vez limpios, cocinar los espárragos: hay que atarlos en un manojo con cordel de cocina y hervirlos en una olla alta y estrecha (la asparagera). Si no la tenéis, podéis usar una olla normal que sea lo suficientemente ancha para contenerlos, y en este caso no hace falta atarlos. O simplemente podéis cortarlos en trozos y dorarlos en la sartén con un poco de aceite. Yo normalmente los cocino al vapor en el microondas, pero debéis prestar atención tanto a los tiempos como al grosor de los espárragos. En mi caso, se cocinan en el recipiente adecuado durante 6/9 minutos a 900 w. Escurrir los espárragos y cortarlos en trozos y ajustar de sal, pero tened cuidado porque el guanciale es sabroso. En una sartén pequeña, sin añadir aceite, dejar dorar el guanciale hasta que se vuelva transparente. Cocer la pasta en abundante agua salada durante el tiempo indicado en el paquete. Escurrir la pasta y mezclarla con la bechamel y luego añadir el guanciale, los espárragos y el parmesano rallado. Mezclar todo bien para combinar los ingredientes y luego transferir la pasta a una fuente de horno. Espolvorear con el parmesano rallado y gratinar en el horno precalentado a 180 °C durante veinte minutos o hasta que se forme una costra dorada. ¡Servir la pasta bien caliente!