La pasta fresca de calabaza se prepara con dos ingredientes (tres si queremos considerar la pizca de sal): pulpa de calabaza y sémola. Elegí la calabaza porque quería este bonito color naranja y porque en casa tenía una bonita calabaza Delica entera, pero puedes sustituirla con las verduras que prefieras, por ejemplo, nabos, rúcula o espinacas van bien. Es una receta un poco delicada la de la pasta fresca de calabaza porque lograr encontrar el equilibrio no es sencillo. Un poco como los ñoquis, ¿sabéis, no? La abuela decía «la harina la que se estira». ¿Por qué? Os explico todo abajo en las notas. Y os dejo todas las indicaciones posibles para permitirte repetir esta pasta fresca de calabaza.

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Pasta fresca de calabaza Cocina vista al mar
  • Dificultad: Media
  • Costo: Económico
  • Tiempo de preparación: 50 Minutos
  • Porciones: 2 personas
  • Métodos de Cocción: Cocina
  • Cocina: Italiana
  • Estacionalidad: Otoño, Invierno

Ingredientes

  • 300 g sémola de trigo duro (mejor si es remolida)
  • 200 g pulpa de calabaza cocida
  • 1/2 cucharadita sal
  • 50 g mantequilla
  • 1 ramita hojas de salvia
  • c.s. queso parmesano rallado

Herramientas

  • 1 Cuenco
  • 1 Cortador de pasta
  • 1 Olla para pasta
  • 1 Cazuela baja
  • 1 Espumadera

Pasos

  • Cocinar la calabaza Delica: en el artículo «Cocinar una calabaza entera al horno» se encuentran todas las explicaciones detalladas. Cuando la calabaza esté lista, extraer la pulpa y dejarla enfriar. Transferir la pulpa de la calabaza dentro de un cuenco. Agregar la sémola y la sal. Trabajar la masa hasta obtener un bollo suave y no pegajoso. Formar una larga tira de masa y cortarla en trocitos. Hervir la pasta en abundante agua salada durante 4/5 minutos. Mientras tanto, derretir la mantequilla en una cazuela baja con algunas hojas de salvia. Cuando la pasta esté cocida, escurrirla con una espumadera y verterla directamente en el condimento. Añadir queso parmesano rallado, mezclar suavemente y servir.

Notas y consejos

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El grado de absorción de la harina cambia. Cambia si cambias el tipo de harina e incluso a veces aunque uses la harina prevista pero de una marca diferente.

La calabaza marca la diferencia. La mejor para esta preparación es la Delica. También hace diferencia el método de cocción de la calabaza. Entera al horno queda más seca y no pedirá demasiada harina.

A menudo me ha pasado leer en preparaciones similares «después de la cocción estaba durísima». Aquí el problema es demasiada harina. Enharina la superficie de trabajo lo suficiente para poder cortarla sin que se pegue, pero si por dentro la ves suave y no seca, está bien así: el agua hirviendo hará su trabajo y la pasta estará en su punto. Si haces un bollo demasiado duro, al cocer la pasta será dura.

La calabaza debe enfriarse. Si la añades caliente, la masa quedará pegajosa y pedirá más harina, con la consecuencia de que te desanimarás y tirarás todo o tendrás una pasta demasiado dura.

Si cambias la harina, cambiará el resultado. Si crees que tendrás dificultades con «la harina la que se estira», entonces utiliza la sémola remolida de trigo duro porque absorbe mejor la humedad y te costará un poco menos.

«Esta pasta no tiene sabor». La calabaza de por sí no tiene mucho gusto. Es una pasta colorida. Juega con el condimento para darle sabor.

Son ñoquis. No. Los ñoquis los de verdad tienen patatas. Aquí tenemos agua y harina. Es una pasta fresca de sémola.

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cucinavistamare

Sueño con una cocina con vista al mar, pero mientras tanto cuento las recetas de la tradición y las de todos los días en mi casa.

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