Pasos

• Para acelerar la receta utilizo garbanzos enlatados pero si prefieres y tienes tiempo disponible puedes cocer los secos: poner los garbanzos a remojo en un bol lleno de agua y dejarlos toda la noche. Al día siguiente escurrirlos, transferirlos a una olla y cubrirlos con agua fría, añadir 2 hojas de laurel y 2 dientes de ajo. Dejarlos cocer a fuego lento hasta que estén tiernos. Tomará aproximadamente una hora y media. Pero a veces incluso más ya que depende del tamaño y la sequedad de los garbanzos. La sal se añadirá solo después de la cocción. Personalmente, cuando se trata de pequeñas cantidades como la prevista por esta receta, es más conveniente utilizar garbanzos enlatados. Para que sean más digestibles, simplemente elimine la piel que los cubre a menos que los compre ya pelados.

  Lavar la col rizada y retirar las hojas comenzando desde la nervadura central. Lavar bien las hojas de col rizada en agua fría. Cocerla treinta minutos en agua hirviendo con sal, luego escurrirla y reservarla.

  Pelar la cebolla y picarla. Pelar los dientes de ajo. En una cacerola calentar el aceite de oliva virgen extra, añadir la cebolla picada, el ajo, el romero y la salvia. Cuando los aromas hayan liberado su fragancia, añadir también los garbanzos y dejarlos sazonar un par de minutos. Cubrirlos con agua caliente y añadir una cucharadita de caldo vegetal casero (puede sustituir agua y caldo con caldo de verduras). Cocer durante diez minutos luego eliminar las hierbas aromáticas y el ajo y triturar la mitad de los garbanzos (para esta operación prefiero transferirlos a la batidora pero puede utilizar la batidora de inmersión directamente en la cacerola). Añadir la col rizada, ajustar de sal y mezclar.

  Aparte, en agua hirviendo con sal, cocer los risoni u otra pasta para sopa durante el tiempo indicado en el envase. Escurrirla al dente y transferirla a la cacerola con el condimento. Mezclar bien, dejar sazonar un par de minutos y servir la sopa bien caliente.