La bechamel: una salsa que evoca inmediatamente una sensación de comodidad y familiaridad.
Es una preparación sencilla, pero con un poder extraordinario: transformar platos ordinarios en creaciones memorables. Su sabor delicado y su consistencia aterciopelada la convierten en un ingrediente versátil, perfecto para condimentar pastas al horno, verduras gratinadas, lasañas y mucho más.
Pero la verdad es que la bechamel está tan buena que me dan ganas de comérmela toda con la cuchara, incluso antes de usarla para la receta!
Preparar la bechamel es un gesto que me recuerda a mi infancia, a la cocina de mi abuela.
Todavía recuerdo el aroma de la mantequilla derritiéndose lentamente en el fuego, la harina mezclándose con la leche caliente creando una crema lisa y sedosa, y finalmente el inconfundible aroma de la nuez moscada que se esparcía en el aire. Y luego, ese momento mágico en el que mi abuela, con una sonrisa, sumergía la cuchara en la bechamel recién hecha para probarla, «robando» ese primer bocado goloso que le hacía brillar los ojos. Un gesto que se repetía cada vez, como un ritual familiar que puntualmente hacía enojar a mi abuelo porque «así te la acabas antes de que esté lista la pasta!
Hoy, cuando preparo la bechamel, me encuentro repitiendo ese gesto, casi inconscientemente. Es una forma de sentirme más cerca de ella, de revivir esos momentos de alegría y compartir que marcaron mi infancia. Y aunque sé que debería resistirme a la tentación, no puedo evitar «robar» un bocado, justo como lo hacía ella, con los ojos cerrados y una sonrisa de pura satisfacción.
P.D.: Si tienes alguna duda o pregunta sobre la preparación de la bechamel, ¡echa un vistazo a la sección FAQ que se encuentra al final de la receta! He recopilado las preguntas más frecuentes, con sus respectivas respuestas, para ayudarte a preparar una bechamel perfecta.
- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Muy económico
- Tiempo de reposo: 5 Minutos
- Tiempo de preparación: 5 Minutos
- Porciones: 8
- Métodos de Cocción: Cocción lenta, Fuego lento
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Todas las estaciones, Navidad
Ingredientes
- 1 l leche
- 50 g mantequilla
- 50 g harina
Herramientas
- 1 Cazuela Vier
Pasos
Para empezar, pon la mantequilla en cubos en una cacerola de fondo grueso. Déjala derretir completamente a fuego lento, removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera, casi acompañando esta dulce transformación.
Continúa hasta obtener un líquido homogéneo, suave como el oro fundido, listo para el siguiente paso.
Una vez que la mantequilla se haya derretido completamente, transformándose en un líquido dorado y aterciopelado, es el momento de añadir la harina. Pero atención: antes de continuar, retira la cacerola del fuego. Este pequeño truco evitará que la harina se queme al contacto con la mantequilla caliente, comprometiendo el delicado sabor de la bechamel.
Ahora, vierte la harina de una sola vez en la cacerola y empieza a mezclar enérgicamente con un batidor. Trabaja la mezcla con movimientos rápidos y decididos, incorporando la harina a la mantequilla derretida hasta obtener una crema densa y homogénea, sin grumos.
Esta crema, llamada roux, es la base de la bechamel, y su consistencia lisa es fundamental para el éxito de la salsa.
Sigue mezclando durante un par de minutos, hasta que el roux adquiera un ligero color dorado y un delicado aroma a galleta.
Ahora que el roux, nuestra base de mantequilla y harina, está listo, podemos volver a poner la cacerola al fuego, a llama baja. Es el momento de añadir la leche, el ingrediente que dará a la bechamel su característica cremosidad.
Pero atención: la leche se debe añadir en un hilo, poco a poco, y no toda de una vez.
Vierte un primer chorro de leche en el roux y mezcla rápidamente con el batidor, incorporándolo completamente. Continúa de esta manera, añadiendo la leche en un hilo y mezclando sin parar, hasta que hayas vertido toda la leche en la cacerola.
Esta adición lenta y gradual de la leche es fundamental para evitar la formación de grumos, asegurando una bechamel lisa y aterciopelada. Mientras mezclas, verás cómo la salsa se transforma, espesa y se vuelve cada vez más cremosa.
Continúa cocinando a fuego lento durante algunos minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que la bechamel haya alcanzado la consistencia deseada.
Una vez que la bechamel haya alcanzado la consistencia deseada, densa y aterciopelada, retírala nuevamente del fuego.
Es el momento de completar nuestra salsa con los últimos toques, que realzarán su sabor y la harán irresistible.
Añade una pizca de sal, ajustando la cantidad según tu gusto y la receta que planeas preparar. Para un toque de aroma extra, ralla una generosa cantidad de nuez moscada fresca, que con su aroma cálido y envolvente combina perfectamente con la cremosidad de la bechamel. Mezcla con cuidado, incorporando la sal y la nuez moscada a la salsa.
En este punto, ¡tu bechamel está lista!
¡La bechamel está lista! Transfiere la bechamel a un recipiente.
Déjala templar y úsala para dar un toque de cremosidad y sabor a tus recetas favoritas: lasañas, canelones, pasta al horno, verduras gratinadas… ¡las posibilidades son infinitas! ¡Buen provecho!
Conservación, consejos y variaciones útiles para la bechamel casera:
Conservación:
Una vez lista, la bechamel puede ser utilizada de inmediato o guardada para usos futuros. Si la usas de inmediato, transfiérela a una fuente y cúbrela con film transparente a contacto, de manera que el film se adhiera a la superficie de la salsa y evite la formación de una película. Si deseas conservarla, una vez que se haya enfriado, guárdala en un recipiente hermético en el frigorífico por un máximo de 3 días.
Alternativamente, puedes congelarla por aproximadamente un mes: en este caso, recuerda descongelarla en el frigorífico la noche antes de usarla.
Variaciones:
Existen infinitas variantes para personalizar tu bechamel y hacerla aún más sabrosa. Por ejemplo, puedes enriquecerla con queso rallado, como parmesano, pecorino o gruyere, añadido al final de la cocción. O puedes transformarla en una bechamel de verduras, añadiendo verduras cocidas y trituradas, como espinacas, calabacines o zanahorias.
Consejos:
Para un toque más aromático, puedes sazonarla con otras especias, como pimienta negra, hierbas aromáticas o una pizca de pimentón. Déjate guiar por tu imaginación y tus gustos para crear la bechamel perfecta para cada ocasión!
Cómo utilizar la bechamel casera:
La bechamel es una salsa increíblemente versátil, ¡un verdadero comodín en la cocina!
Aquí algunos consejos sobre cómo utilizarla:Platos principales:
Lasañas:
¡El clásico por excelencia! La bechamel es el elemento cremoso y envolvente que une las capas de pasta, ragú y queso.
Canelones:
Perfecta para amalgamar el relleno y dar suavidad a estos deliciosos rollos de pasta.
Pasta al horno:
Un triunfo de sabores y texturas, donde la bechamel se fusiona con pasta, quesos y otros ingredientes a elección (salchicha, verduras, setas…).
Crepes:
Una alternativa delicada y refinada, donde la bechamel puede usarse tanto para rellenar las crepes como para crear una salsa de acompañamiento.
Ñoquis a la romana:
Un toque extra de cremosidad para este plato tradicional.
Conchiglioni rellenos:
La bechamel une el relleno y crea una costra dorada en la superficie.
Pasteles de pasta:
Un primer plato elegante y escenográfico, donde la bechamel contribuye a crear una textura compacta y sabrosa.
Segundos platos:
Verduras gratinadas:
Coliflor, brócoli, hinojos, patatas… la bechamel hace que las verduras gratinadas sean aún más apetitosas.
Pasteles de verduras:
Calabacines, zanahorias, espinacas… la bechamel une los ingredientes y da suavidad a los pasteles.
Albóndigas:
Un ingrediente secreto para hacer que las albóndigas sean aún más suaves y sabrosas.
Croquetas:
La bechamel es la base de la masa de muchas croquetas, aportando cremosidad y consistencia.
Parmigiana de berenjenas:
Un clásico de la cocina italiana, donde la bechamel se alterna con capas de berenjenas fritas, salsa de tomate y queso.
Otras ideas:
Cremas y purés:
Añadir una cucharada de bechamel a las cremas y purés de verduras las hará más densas y cremosas.
Salsas:
La bechamel puede usarse como base para crear otras salsas, añadiendo quesos, especias o hierbas aromáticas.
Rellenos:
Ideal para rellenar tartas saladas y otros finger food.
Consejos:
Para una bechamel más ligera, utiliza leche parcialmente desnatada.
Si la bechamel resulta demasiado densa, puedes diluirla con un poco de leche caliente.
Si se forman grumos, puedes colar la bechamel con un colador de malla fina.
Para evitar que se forme una película en la superficie, cubre la bechamel con film transparente a contacto.
¡Espero que estos consejos te sean útiles!
¡Buen provecho! 😋
FAQ (Preguntas y Respuestas)
¿Cuáles son los ingredientes base de la bechamel?
La bechamel clásica se prepara con mantequilla, harina y leche. Las proporciones estándar son 50g de mantequilla, 50g de harina y 500ml de leche.

¿Puedo usar harina integral para hacer la bechamel?
Sí, puedes usar harina integral, pero el sabor de la bechamel será ligeramente más rústico y el color más oscuro.
¿Qué tipo de leche es mejor usar para la bechamel?
La leche entera fresca es ideal, pero también puedes usar leche parcialmente desnatada para una bechamel más ligera.
¿Cómo puedo evitar que se formen grumos en la bechamel?
Para evitar los grumos, es importante: Agregar la leche fría en un hilo, poco a poco, mezclando continuamente con el batidor. Usar una cacerola de fondo grueso para evitar que la bechamel se pegue. Si de todas formas se forman grumos, cuela la bechamel con un colador de malla fina.

¿Qué puedo hacer si la bechamel está demasiado líquida?
Si la bechamel está demasiado líquida, puedes dejarla espesar cocinándola a fuego lento por unos minutos más, removiendo continuamente.
¿Puedo aromatizar la bechamel?
¡Claro! Puedes añadir nuez moscada, pimienta negra, hierbas aromáticas, o quesos rallados como parmesano, pecorino o gruyere.

¿Cómo se conserva la bechamel?
La bechamel se conserva en el frigorífico, en un recipiente hermético, por un máximo de 3 días. También puedes congelarla.
¿Puedo usar la bechamel para condimentar la pasta?
¡Absolutamente sí! La bechamel es excelente para condimentar la pasta al horno, las lasañas, los canelones y muchos otros primeros platos.
¿Qué es el roux?
El roux es el compuesto de mantequilla y harina que se prepara como base para la bechamel.

¿Puedo preparar la bechamel sin mantequilla?
Sí, existen variantes de la bechamel sin mantequilla, que utilizan aceite u otras grasas vegetales.
¿La bechamel es sin gluten?
La bechamel clásica contiene gluten debido a la harina. Para una versión sin gluten, puedes usar harina de arroz u otras harinas sin gluten.
¿Dónde puedo encontrar más recetas con bechamel?
Puedes encontrar muchísimas recetas con bechamel en libros de cocina, sitios web y blogs de cocina.

