Un abrazo de sol en un plato: Pasta cremosa con calabacines trompeta, ricotta y un toque crujiente.
El verano, con sus colores vivos y aromas intensos, inspira en la cocina creaciones frescas y ligeras. Y ¿qué mejor que un plato de pasta que encierre todo el sabor de esta temporada? Nuestra propuesta es un primer plato delicado y envolvente, perfecto para las noches calurosas: la pasta cremosa con calabacines trompeta y ricotta, enriquecida con la crujiente de las nueces tostadas y las semillas de sésamo. Los calabacines trompeta, con su forma particular y sabor delicado, son los protagonistas indiscutibles de este plato. Su dulzura se combina perfectamente con la cremosidad de la ricotta y la salinidad del parmesano, creando una combinación de sabor irresistible.
La pasta, cocida al dente, absorbe todos los sabores del condimento, mientras que la crujiente de las nueces y las semillas de sésamo añade una textura inesperada y deliciosa, creando un perfecto equilibrio entre suave y crujiente.
Esta receta es perfecta para quienes aman los sabores simples y genuinos, pero no quieren renunciar a un plato elegante y refinado. Es ideal para un almuerzo en familia o para una cena con amigos, y se presta a numerosas variantes, para satisfacer los gustos de todos.
¿Por qué elegir esta receta?
Ingredientes simples y fácilmente disponibles: Todos los ingredientes son de temporada y se encuentran fácilmente en cualquier supermercado.
Preparación rápida y fácil:
Incluso aquellos que no son expertos en la cocina podrán preparar este plato sin dificultad.
Plato versátil: Puedes utilizar diferentes formatos de pasta, como linguine, espaguetis o mezze maniche.
También puedes añadir otros ingredientes, como tomatitos cherry, albahaca fresca o una pizca de pimienta negra.
Perfecto para el verano:
Gracias a sus ingredientes frescos y ligeros, esta pasta es ideal para los días calurosos.
Una explosión de sabores: La combinación de sabores delicados y crujientes hará que este plato sea inolvidable.
¡Descubre nuestra receta y déjate conquistar por el sabor intenso y envolvente de este primer plato veraniego!
- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Muy económico
- Tiempo de reposo: 10 Minutos
- Tiempo de preparación: 10 Minutos
- Métodos de Cocción: Hervir, Estufa
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Primavera, Verano y Otoño, Todas las estaciones
- Energía 345,24 (Kcal)
- Carbohidratos 34,05 (g) de los cuales azúcares 4,30 (g)
- Proteínas 16,45 (g)
- Grasa 16,08 (g) de los cuales saturados 7,42 (g)de los cuales insaturados 4,87 (g)
- Fibras 3,05 (g)
- Sodio 705,44 (mg)
Valores indicativos para una ración de 312 g procesada de forma automatizada a partir de la información nutricional disponible en las bases de datos CREA* y FoodData Central**. No se trata de consejos alimentarios y/o nutricionales.
* CREATES Centro de Investigación sobre Alimentación y Nutrición: https://www.crea.gov.it/alimenti-e-nutrizione https://www.alimentinutrizione.it ** Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, Servicio de Investigación Agrícola. FoodData Central, 2019. https://fdc.nal.usda.gov
Ingredientes
- 320 g pasta (Corta)
- 200 g calabacín trompeta
- 250 g ricotta de oveja
- 1 cebolla
- 1 diente ajo
- Unas hojas menta (Fresca)
- 4 cucharadas aceite de oliva virgen extra
- 1 pizca pimienta negra
- c.s. sal
- 50 g Grana Padano DOP (Opcional)
- 30 g nueces (Tostadas)
- 20 g semillas de sésamo
Herramientas
- 1 Olla Renberg
- 1 Sartén Moneta
Pasos
Prepara la ricotta aromatizada: Comienza preparando la ricotta: colócala en un bol de vidrio y añade algunas hojas de menta fresca troceadas. Con un chorrito de aceite de oliva virgen extra, mezcla todo con un tenedor. Cubre con film transparente y deja reposar en la nevera al menos media hora. Este sencillo paso dará a tu ricotta un toque fresco y fragante.
Un toque de crujiente:
Para un toque extra, tuesta ligeramente en una sartén antiadherente las nueces y las semillas de sésamo mixtas (blancas y negras). Cocina a fuego bajo, removiendo continuamente, hasta que estén doradas y desprendan un aroma intenso. Su crujiente contrastará perfectamente con la cremosidad de la ricotta y los calabacines. Mientras se enfrían, lleva a ebullición abundante agua salada para cocinar la pasta.
Sofríe las verduras:
Pica finamente un diente de ajo y una cebolla. Corta en rodajas los calabacines trompeta. No te preocupes por el grosor, parte de la mezcla se triturará.
Cocina las verduras:
En una sartén con aceite de oliva virgen extra, sofríe el ajo y la cebolla hasta que estén dorados. Añade los calabacines y cocina hasta que estén tiernos. Reserva una parte de los calabacines para la salsa y tritura una vez que se haya enfriado un poco y vuelve a poner la crema en la sartén y cocina unos minutos para llevar todos los ingredientes a la misma temperatura.
Mantecado final:
Escurre la pasta al dente y viértela en la sartén con los calabacines. Incorpora la ricotta marinada, previamente preparada, y las nueces con las semillas de sésamo tostadas. Manteca a fuego apagado, añadiendo un chorrito de aceite de oliva virgen extra en crudo para realzar los sabores.
Si la mezcla resulta demasiado seca, añade un poco de agua de cocción de la pasta para obtener una consistencia cremosa.
Disfruta de tu plato:
La pasta cremosa está lista para ser disfrutada! Sírvela tibia, caliente o fría, según tus preferencias. Un chorrito de aceite de oliva virgen extra en crudo y una molienda de pimienta negra fresca realzarán los sabores.
Si lo deseas, puedes añadir una pizca de queso rallado y decorar con algún hilo de chile para un toque de color.
Consejos para preparar la pasta cremosa con calabacín trompeta y ricotta:
Calabacines: elige calabacines frescos y firmes, con la piel brillante. Puedes usar calabacines verdes o amarillos, o una combinación de ambos.
Ricotta: Utiliza una ricotta fresca y cremosa, preferiblemente de oveja o vaca. Si la ricotta está demasiado seca, puedes añadirle una cucharada de nata fresca para que quede más cremosa.
Nueces: Tosta las nueces en una sartén sin añadir aceite, hasta que estén doradas y desprendan un aroma intenso. Este paso realzará su sabor y hará que la pasta sea aún más sabrosa.
Mantecado: Manteca la pasta a fuego apagado, añadiendo un chorrito de aceite de oliva virgen extra en crudo para realzar los sabores. Si la mezcla resulta demasiado seca, añade un poco de agua de cocción de la pasta para obtener la cremosidad deseada.
Personalizaciones: Puedes personalizar tu pasta añadiendo otros ingredientes al gusto, como tomates secos, aceitunas taggiasca, menta fresca o una pizca de parmesano reggiano.
Conservación:
Frigorífico: La pasta cremosa se conserva en el frigorífico durante 2-3 días. Antes de consumirla, caliéntala ligeramente en una sartén con un chorrito de aceite
Congelador: Puedes congelar la pasta cocida sin condimentos, en porciones individuales.
Descongélala en el frigorífico la noche anterior a consumirla y caliéntala en la sartén con un chorrito de aceite.
Vinos para acompañar la pasta cremosa con calabacín trompeta y ricotta:
La combinación de vino y comida es fundamental para realzar los sabores de un plato.
Aquí algunas propuestas de vinos que combinan muy bien con tu pasta cremosa:
Vinos blancos:
Vermentino di Sardegna: Fresco, mineral y con una ligera nota cítrica, equilibra perfectamente la cremosidad de la pasta y la dulzura de los calabacines.
Pinot Grigio: Un clásico en la combinación con platos a base de pescado y verduras. Su acidez y frescura limpian el paladar y combinan bien con la ricotta.
Sauvignon Blanc: Si te gustan los vinos más aromáticos, el Sauvignon Blanc con sus notas herbáceas y afrutadas realza la frescura de los calabacines.
Vinos rosados:
Rosado de Cerasuolo d’Abruzzo: Un vino elegante y estructurado, perfecto para una combinación más importante. Su ligera tanicidad equilibra la cremosidad de la pasta.
Bardolino Chiaretto: Fresco y afrutado, con notas de cereza y pequeños frutos rojos. Una excelente opción para una combinación más ligera e informal.
¿Por qué estos vinos?
Frescura: La pasta cremosa es un plato fresco y ligero, por lo que es importante elegir un vino que no sea demasiado estructurado o tánico.
Acidez: La acidez del vino ayuda a equilibrar la cremosidad de la pasta y a limpiar el paladar.
Aromaticidad: Las notas aromáticas del vino, como los cítricos, las hierbas y las flores, combinan bien con la frescura de los calabacines y la delicadeza de la ricotta.
Consejos adicionales:
Temperatura de servicio: Sirve los vinos blancos y rosados ligeramente frescos, alrededor de 10-12°C.
Combinaciones personalizadas:
No dudes en experimentar y encontrar la combinación que más te guste. Puedes también intentar combinar tu pasta cremosa con vinos espumosos método clásico, como un Franciacorta o un Prosecco.
En conclusión, la elección del vino depende de tus gustos personales y de las características de tu pasta.
¡Experimenta con diferentes combinaciones y encuentra la que más te satisfaga!

