Tarta blanda Tiramisú, una reinterpretación del postre más amado de todos, un dulce que hago muy a menudo y de vez en cuando cambia de forma.
La tarta blanda Tiramisú está compuesta por una base suave de vainilla cubierta con una crema de mascarpone y bañada con café.

¡Un postre perfecto para cerrar una cena!

Para la base he utilizado el molde listo para tartas, cómodo y práctico para rellenar la tarta sin tener que cortarla.

Para quienes no lo conozcan, este molde tiene una ranura en la base que permite obtener una cavidad para rellenar con el relleno.

Os dejo el enlace para ver de qué se trata 👉 AQUÍ.

Con el mismo molde prueba también👇

Dificultad: Fácil
Costo: Económico
Tiempo de reposo: 2 Horas
Tiempo de preparación: 30 Minutos
Porciones: 10/12
Métodos de Cocción: Horno
Cocina: Italiana
Estacionalidad: Todas las estaciones

Ingredientes

100 g harina 00
4 huevos
100 g azúcar
50 g aceite de semillas
1 pizca sal
1 cucharadita extracto de vainilla (o una bolsita de vainillina)
3 yemas
250 g mascarpone
150 g azúcar
150 g nata fresca para montar
al gusto cacao amargo en polvo
al gusto café

Pasos

Prepara la base. Separa los huevos, monta las claras durante unos minutos añadiendo gradualmente el azúcar, cuando estén a punto de nieve firme añade las yemas siempre montando, la pizca de sal, la vainilla y el aceite. Ahora con una espátula incorpora la harina previamente tamizada.
Unta con mantequilla el molde listo y vierte la masa, el mío es de 26 cm.
Hornea a 180 grados durante 25 minutos.
Prepara la crema. Monta la nata a punto de nieve. Trabaja las yemas con el azúcar, añade el mascarpone siempre batiendo con las varillas y luego incorpora la nata mezclando delicadamente con una espátula.
Mientras tanto, la base también se habrá enfriado, pincela con una tacita de café azucarado al gusto.
Coloca la crema en una manga pastelera, yo he utilizado una boquilla plana, cubre la tarta con la crema. También puedes utilizar una boquilla redonda y hacer montoncitos.
Espolvorea con una cucharadita de cacao amargo y deja reposar en el frigorífico durante un par de horas antes de disfrutarla.