Ensalada de pollo con queso fresco, tomates cherry y canónigos, simple, rápida para disfrutar en cualquier ocasión y perfecta para llevar también al trabajo!
Poquísimos ingredientes y la posibilidad de variarlos según tus gustos hacen que este plato sea aún más interesante.
Te revelo alguna pequeña curiosidad sobre uno de los ingredientes que uso a menudo en mis ensaladas, el canónigo.
El canónigo, también llamado mache, es una planta comestible, muy versátil, que no debe confundirse con la valeriana utilizada para tisanas o en el campo farmacéutico.
La protagonista junto con el pollo de nuestra receta, tiene hojas pequeñas de un verde brillante y redondeadas.
Crece en zonas de clima suave y templado y necesita mucha agua.
Tiene muy pocas calorías y es rica en agua.
Aquí abajo te dejo algunas recetas de ensaladas fáciles de hacer.
- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Muy económico
- Tiempo de reposo: 30 Minutos
- Tiempo de preparación: 20 Minutos
- Porciones: 3 personas
- Métodos de Cocción: Plancha
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Todas las estaciones, Verano
Ingredientes
- 300 g pechuga de pollo (cortada o para cortar)
- 1 pepino
- 60 g canónigos (mache)
- 200 g queso fresco
- 2 cucharadas aceite de oliva virgen extra
- 1 pizca sal fina
- 1 limón
Herramientas
- 1 Cuchillo
- 1 Tabla de cortar
- 1 Plancha
- 1 Cuenco
- 1 Tenedor
- 1 Plato
- 1 Rallador
Pasos
Para hacer la Ensalada de pollo con queso fresco, primero corta el pollo en filetes finos y marínalo en un plato por 20 minutos con una emulsión de aceite, sal y limón exprimido.
Si quieres hacerlo aún más sabroso antes de exprimir el limón utiliza su cáscara, pero solo si es comestible, para dar sabor a la carne.
Pela el pepino y córtalo en rodajas.
Secar el queso fresco y cortarlo en tiras.
Corta de la misma manera la pechuga de pollo cocida y une estos ingredientes al cuenco con los canónigos.
Añade los tomates cherry lavados y cortados en cuartos, ajusta con aceite y sal y mezcla bien.
Puedes preparar esta receta con anticipación, guardándola en un cuenco herméticamente cerrado en el frigorífico por un máximo de 24 horas.

