Pasta Cremosa con Gambas y Limón. ¡Un primer plato de mar elegante, muy aromático y listo en menos de 30 minutos! La cremosidad envolvente de la salsa se combina perfectamente con la dulzura de las gambas.
Perfecto por su frescura, pero también es ideal para un almuerzo dominical en familia, una cena con amigos o una ocasión especial (con la elegancia de un primer plato de mar).
¿El verdadero secreto? La ralladura de limón (¡solo la parte no tratada!) que libera un aroma embriagador.
Gracias a la adición del queso para untar (como el Philadelphia), el condimento alcanza una armonía sublime y una textura aterciopelada que no resulta pesada.
Es la receta perfecta para una cena de último minuto o para impresionar a tus invitados con un toque refinado, sin ningún esfuerzo.
Yo utilicé las versátiles Farfalle, pero si buscas un resultado más elegante para tu mesa, prueba este condimento con Ñoquis de patata o Tagliatelle frescas. La cremosidad está garantizada.
En el sofrito usé chalota. Añade un toque aromático más sutil y sofisticado que combina mejor con la delicadeza de las gambas y la frescura del limón.
Generalmente es más digerible que la cebolla, algo apreciado especialmente si sirves el plato al mediodía o durante las fiestas.
Si quieres hacerlo más elegante, te sugiero reemplazar las gambas con Gambones o Langostinos (más grandes y carnosos). Si el presupuesto lo permite, elige Gambas Rojas de Mazara para un sabor y color inigualables.
Agrego el consejo de mamá… Usa Tagliolini frescos de huevo (que se integran magníficamente con la crema) o Paccheri/Macarones de alta calidad. Si eliges los ñoquis, opta por los caseros.
- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Medio
- Tiempo de preparación: 15 Minutos
- Porciones: 4Personas
- Métodos de Cocción: Estufa
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Todas las estaciones
Ingredientes
Pasta Cremosa con Gambas y Limón
- 320 g pasta (Farfalle, Ñoquis, Tagliatelle o tagliolini)
- 250 g queso fresco para untar (puedes sustituir por el light)
- 250 g gambas (ya peladas y limpias)
- c.s. limón (Ralladura de limón biológico)
- 1/2 c.s. limón (Zumo)
- 40 g chalota (o cebolla)
- 50 ml vino blanco seco (para desglasar)
- c.s. perejil (picado para decorar el plato)
- c.s. aceite de oliva virgen extra
- sal
- pimienta
Utensilios
- Olla
- Sartén
- Colador
Pasos
Pasta Cremosa con Gambas y Limón
Pon a hervir abundante agua en una olla.
Cuando llegue a ebullición, añadimos sal y cocemos la pasta según las indicaciones del paquete, recordando escurrirla al dente.
Mientras tanto, lava el limón (¡biológico!) y ralla la cáscara (solo la parte amarilla).
Pon la ralladura en un bol junto con los 300 g de Philadelphia y mezcla para sazonar el queso.
Exprime el jugo de medio limón, se necesita poco, y pica finamente la chalota y el perejil.
Aparte, en una sartén grande, vertemos un chorro de aceite de oliva y la chalota picada.
Dorar la chalota a fuego bajo.
Añadimos los 250 g de gambas, que deben estar previamente limpias, sin cáscara y con el intestino removido.
Las dejamos sazonar durante un minuto a fuego alto.
Desglasa con un poco de vino blanco seco y deja evaporar completamente el alcohol.
Retira inmediatamente las gambas de la sartén y resérvalas: es esencial para evitar que se cocinen demasiado.Escurre la pasta muy al dente, y guarda al menos un cazo del agua de cocción.
Baja el fuego al mínimo.En la sartén, vierte el queso crema sazonado con la ralladura de limón.
Añade el jugo de medio limón y aproximadamente dos cucharadas del agua de cocción reservada.Mezcla enérgicamente, utilizando el calor residual de la sartén para derretir el queso y crear una crema suave y aterciopelada.
Ajusta de sal y pimienta.
Transfiere la pasta al dente a la sartén con la salsa.
Añade las gambas reservadas y la mitad del perejil picado.
Manteca rápidamente a fuego medio-bajo.Si la salsa se seca demasiado, añade un poco más de agua de cocción.
Sirve inmediatamente, adornando con el resto del perejil fresco y un toque de ralladura de limón fresca y algunas gambas.
Buen provecho.
Consejos
Después de exprimir el jugo de limón (el que añadirás al Philadelphia y el que usarás para la sartén), pásalo por un colador de malla fina.
Esto te asegura eliminar todas las semillas y posibles fibras, garantizando una salsa 100% suave.
Después de limpiarlas y enjuagarlas, seca bien las gambas con papel absorbente antes de ponerlas en la sartén. Si están húmedas, bajarán la temperatura del aceite, terminando por hervir en lugar de dorarse, comprometiendo el dorado y el sabor a mar.
Consejo de mamá. Antes de rallar la cáscara y exprimirlo, puedes sumergir el limón biológico en agua caliente durante 1-2 minutos. Esto liberará más aceites esenciales y hará más fácil extraer el jugo.
Cuando derritas el Philadelphia en la sartén con el agua de cocción, asegúrate de que el agua esté tibia o caliente (pero no hirviendo). Añadirla gradualmente y no demasiado caliente evita que el queso se separe o se «corte» por el choque térmico.
Manteca la pasta en la salsa a fuego muy bajo o apagado. El calor residual de la pasta y la sartén es suficiente para terminar la cocción (cocción «risotada») sin cocinar demasiado el Philadelphia, que de otro modo podría volverse menos aterciopelado.
Si deseas un final ultra-brillante y aterciopelado (muy elegante), retira la sartén del fuego y, justo al final de la manteca, añade una pequeña nuez de mantequilla fría cortada en cubitos. Mezcla rápidamente: la emulsión añadirá brillo y redondez, sin pesar.
Vino para Acompañar
Sugiero un Lugana fresco y sabroso, un Vermentino o un Franciacorta Brut que realzan perfectamente la nota cítrica y el pescado.
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