Las galletas para mojar de la abuela son una receta fácil y aromática que sabe a hogar y a desayunos genuinos. Las preparo siguiendo el método de mi abuela, que siempre usaba amoníaco para repostería en lugar de levadura, tal como se hacía antaño.
Recuerdo aún la primera vez que decidí probarla yo también: estaba un poco dudosa, pero en cuanto sentí el aroma de las galletas recién horneadas entendí por qué ella nunca la abandonó.
El amoníaco las hace ligeras, crujientes y perfectas para mojar en leche o café, sin que se deshagan.
Son ideales para el desayuno o para un dulce descanso durante el día. Una lleva a otra, y ese aroma de limón que se desprende del horno inmediatamente recuerda a las meriendas de antaño.
Si te gustan las galletas simples hechas en casa, prueba también las galletas de rosquillas de naranja: otra receta genuina e irresistible.
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- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Muy económico
- Tiempo de reposo: 30 Minutos
- Tiempo de preparación: 15 Minutos
- Porciones: 30
- Métodos de Cocción: Horno, Horno eléctrico
- Cocina: Italiana
- Energía 106,37 (Kcal)
- Carbohidratos 16,75 (g) de los cuales azúcares 5,53 (g)
- Proteínas 2,36 (g)
- Grasa 3,79 (g) de los cuales saturados 0,54 (g)de los cuales insaturados 3,09 (g)
- Fibras 0,54 (g)
- Sodio 39,50 (mg)
Valores indicativos para una ración de 32 g procesada de forma automatizada a partir de la información nutricional disponible en las bases de datos CREA* y FoodData Central**. No se trata de consejos alimentarios y/o nutricionales.
* CREATES Centro de Investigación sobre Alimentación y Nutrición: https://www.crea.gov.it/alimenti-e-nutrizione https://www.alimentinutrizione.it ** Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, Servicio de Investigación Agrícola. FoodData Central, 2019. https://fdc.nal.usda.gov
Ingredientes para las Galletas para mojar de la abuela
Amoníaco para repostería: el secreto de las galletas de la abuela
Para estas galletas uso amoníaco para repostería, tal como lo hacía mi abuela. Es una levadura tradicional que hace las galletas ligeras y crujientes, perfectas para mojar en leche o café.
Durante la cocción se percibe un leve olor, pero desaparece de inmediato: solo queda el aroma de las galletas recién horneadas, secas y crujientes como las de antaño.
- 500 g harina 0
- 2 huevos
- 100 ml aceite de girasol
- 60 ml leche
- 150 g azúcar (+ 50 g para espolvorear)
- 10 g amoníaco para repostería
- 1 cáscara de limón (rallada)
Herramientas útiles
- Bandeja (de horno)
- Cuenco (grande)
- Batidor manual
Procedimiento de las Galletas para mojar de la abuela
Comienzo rompiendo los huevos en un cuenco grande y añado el azúcar. Con un batidor manual mezclo hasta que se vuelva claro y espumoso, luego perfumo con la cáscara rallada de un limón no tratado.
Vierto el aceite de girasol y uno poco a poco la harina, dejando un poco de lado para la fase final. Cuando la masa comienza a tomar cuerpo, uso una espátula para masas — el clásico «rascador» — para amalgamar todo con facilidad.
Mientras tanto, disuelvo el amoníaco para repostería en la leche tibia y lo añado de inmediato a la masa, luego incorporo también la harina restante.
Transfiero la mezcla sobre la superficie de trabajo y amaso a mano hasta que se vuelva suave y elástica. Si es necesario, añado una ligera espolvoreada de harina para evitar que se pegue.
Formo un bloque y lo divido en varias porciones. De cada pieza hago cordones y los corto en bastones regulares. Los paso por azúcar granulada y los coloco en una bandeja forrada con papel de horno, bien separados entre sí porque en el horno crecerán.
Horneo las galletas para mojar a 180°C durante unos 25 minutos, hasta que estén doradas y ligeras. Una vez listas, las dejo enfriar completamente antes de disfrutarlas: perfectas para mojar en leche o café, tal como lo hacía la abuela.
Conservación y consejos útiles
Las galletas para mojar de la abuela se conservan perfectamente por cerca de 2 semanas, cerradas en una caja de lata o en un recipiente hermético, al resguardo de la humedad. Quedan crujientes y aromáticas como recién horneadas, ideales para disfrutar cada mañana con leche, café o té.
👉 Variante sin gluten: puedes sustituir la harina 00 con una buena mezcla sin gluten para repostería. Te recomiendo agregar una cucharada más de leche, ya que estas harinas tienden a absorber más líquidos. El resultado será igualmente crujiente y perfecto para mojar.
💡 Para un efecto frescura: añade a la masa una cucharadita de miel o unas gotas de esencia de vainilla. Ayudará a mantener las galletas suaves por dentro y aromáticas por más tiempo.
¿Cómo puedo sustituir el amoníaco para repostería?
Si no tienes amoníaco para repostería, puedes sustituirlo con medio sobre de levadura para repostería (unos 8 g).
El resultado será igualmente bueno, pero las galletas resultarán menos secas y crujientes que en la versión original.
El amoníaco, de hecho, es el secreto de las verdaderas galletas para mojar de la abuela: las hace ligeras y crujientes, perfectas para mojar en leche sin que se deshagan.

