La leche de almendra es rica en fibras, vitamina E, magnesio, selenio, manganeso, zinc, potasio, hierro, fósforo, calcio, tiene un gran valor energético y es preciosa para los músculos y la piel. Para la preparación de la leche de almendra he utilizado un extractor en frío para preservar al máximo las propiedades nutritivas de las almendras. Dependiendo de la cantidad de almendras se obtendrá una leche más o menos intensa y es preferible comprar almendras no peladas y bio, ya que están crudas. Esta leche de almendra tiene un sabor mucho más delicado respecto a la comprada en los supermercados, que viene azucarada y diluida. He preferido dejarla natural sin ningún edulcorante, porque según mi opinión no es necesario, pero siempre se puede añadir azúcar de coco o de caña. La pulpa de desecho obtenida, es decir, la okara de almendra se puede utilizar para muchas recetas, galletas, tartas, todos los dulces en los que se utiliza la pasta de almendra y también se puede congelar.

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