Los muffins de calabaza y ricotta son unos pastelitos suaves aromatizados con canela. Se preparan con ricotta, pulpa de calabaza, lo que los hace esponjosos y húmedos en su punto justo. Si no te gusta el sabor de la canela, sustitúyela por ralladura de limón o naranja, o vainilla, o incluso una pizca de nuez moscada o anís estrellado.
La versión que te propongo es sin gluten, con harina de arroz, pero también se pueden hacer con harina 00 en las mismas cantidades. Enríquecelos con gotas de chocolate negro para hacerlos aún más deliciosos o frutos secos triturados.
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- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de preparación: 20 Minutos
- Porciones: 12
- Métodos de Cocción: Horno
- Cocina: Americana
- Estacionalidad: Otoño, Invierno
Ingredientes
- 2 huevos
- 60 g azúcar
- 100 g calabaza (pulpa ya cocida)
- 180 g ricotta (sin lactosa con lactosa inferior al 0,01% o vegetal)
- 80 g aceite de semillas de girasol
- 130 g harina de arroz sin gluten (o harina 00)
- 1 cucharadita levadura en polvo para dulces sin gluten
- 1 1/4 cucharadita canela en polvo
Utensilios
- 1 Bol
- 1 Tamiz
- 1 Batidora
- 1 Molde para muffins
Procedimiento
Tamizar la ricotta en un bol con un tamiz para hacerla más fina y sin grumos.
Romper los huevos en otro bol, añadir el azúcar y la canela, y batir con una batidora eléctrica hasta obtener una mezcla clara y espumosa.
Agregar la ricotta tamizada con la calabaza y continuar mezclando con las varillas a baja velocidad.
Añadir primero el aceite y luego la harina tamizada con la levadura.
Verter en los moldes para muffins hasta 3/4 del borde
Cocinar en el horno durante 25 minutos a 180°C.
Desmoldar y dejar enfriar.
ATENCIÓN: consultar el prontuario de la Asociación Italiana de Celiaquía y leer atentamente los ingredientes para asegurarse de que no contengan contaminación por gluten
Consejos
Se conservan en un recipiente cerrado durante 3-5 días.
Recomiendo elegir una calabaza más pequeña, más seca como la hokkaido o la delica. Estas dos variedades son perfectas para hacer dulces, nada fibrosas y con una pulpa firme y seca. Una excepción entre las calabazas grandes es la violina rugosa, que también se adapta bien a los dulces.
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