Para seguir con el tema de la primavera, últimamente me estoy dedicando a preparaciones adecuadas para las clásicas excursiones de un día, aquellas que solían hacerse con la llegada de los primeros cálidos rayos de sol. ¡Este año también nos toca quedarnos en casa, pero nunca hay que desanimarse! ¡Siempre podemos mejorar esta situación organizando un pequeño aperitivo en el jardín, un picnic en nuestro propio césped o, en ausencia de uno u otro, recurrir al balcón! En mi caso con vista al mar, equipado con mesa y sillas para disfrutar de los bonitos días y quizás almorzar de manera alternativa. La focaccia que hoy os propongo, hecha con espinacas frescas y las últimas reservas de alcachofas, ¡se postula para esta posibilidad! ¡Tenéis que probarla! Es esponjosísima y deliciosa, gracias también a la cremosidad de un queso fresco como la robiola, de sabor intenso y agradable. Todo bien enrollado y dividido en porciones para disponer en una bandeja y dejar levar como un pastel. Me perdonaréis si no he logrado fotografiar el interior, pero al haberlo hecho tarde, la luz de la tarde no fue capaz de resaltar suficientemente su bondad. Al menos podría haber fotografiado las sobras al día siguiente con la luz adecuada, si no fuera porque a la mañana siguiente ¡simplemente no llegó! ¡Fue completamente devorada! Así que estoy feliz de haber podido al menos inmortalizar el momento en el que fue sacada del horno aún caliente y fragante, de lo contrario podría solo haberos dejado imaginarla!
- Dificultad: Fácil
- Costo: Medio
- Tiempo de reposo: 4 Horas
- Tiempo de preparación: 10 Minutos
- Tiempo de cocción: 40 Minutos
- Porciones: molde de 26 Ø
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Invierno, Primavera
Ingredientes
- 400 g harina 0 ((yo W 350))
- 250 ml agua
- 6 g levadura fresca
- 2 cucharadas aceite de oliva virgen extra
- 8 g sal
- 300 g espinacas
- 3 alcachofas
- 150 g robiola
- 1 diente ajo
- 1 ramito perejil
- c.b. ajo en polvo
- c.b. leche
- c.b. semillas de amapola ((opcional))
- c.b. aceite de oliva virgen extra
- c.b. sal
Preparación
Comenzad disponiendo la harina en un bol grande, luego verted poco a poco el agua tibia en la que habéis disuelto previamente la levadura (fig. 1).
Remover primero con una cuchara de madera y luego comenzar a amasar con las manos (fig. 2).
Después de unos minutos, añadir también la sal (fig. 3).
Y finalmente añade el aceite (fig. 4).
Continuad amasando energéticamente por otros 5′ (fig. 5).
Cubrid entonces la masa y dejadla levar en el horno apagado con la luz encendida por aprox. 1 h y 30′ o hasta que duplique su volumen (fig. 6).
Mientras tanto, limpiad las alcachofas, eliminad las hojas más duras y la pelusa interna y cortadlas en cuartos, sumergiéndolas en agua acidulada. Luego escaldadlas 8′ en agua hirviendo con sal, escurridlas y sazonadlas con un chorrito de aceite, ajo en polvo y perejil fresco picado groseramente (fig. 7).
Proceded a lavar las hojas de espinacas bajo agua corriente (fig. 8).
Dejad que se marchiten en la sartén con un diente de ajo y un chorrito de aceite durante unos minutos. Luego apagad y ajustad de sal (fig. 9).
Después de la leva, retomad la masa y realizad sobre una superficie de trabajo ligeramente enharinada un pliegue enrollado hasta formar una bola (fig. 10).
Cubrid de nuevo y dejad levar siempre en el horno apagado con la luz encendida por aprox. 1 h y 30′ (fig. 11).
A este punto, extendid la masa, siempre sobre una superficie enharinada, formando un rectángulo (fig. 12).
Distribuid encima la robiola en trozos (fig. 13).
Luego añadid las espinacas previamente escurridas y exprimidas (fig. 14).
Y finalmente distribuid los cuartos de alcachofas (fig. 15).
Enrollad la masa por el lado más largo, hasta formar un cilindro (fig. 16).
Sellad y cortad en rodajas de aprox. 3,5 cm con la ayuda de una espátula (fig. 17).
Colocad las rodajas enrolladas en un molde de pastel bien aceitado y pincelad la superficie con un poco de leche (fig. 18).
Si lo deseáis, espolvoread con semillas de amapola y dejad levar otra 1 h o hasta duplicar su volumen (fig. 19).
Meted en horno estático precalentado a 180°C por 40′. Apagad y dejad templar. Y voilà… ¡vuestra focaccia enrollada con espinacas y alcachofas está lista para ser disfrutada!
¡Buen Provecho de La Cocina de FeFè!
Conservación
👉La focaccia enrollada con espinacas, alcachofas y robiola se conserva en la nevera dentro de recipientes adecuados para refrigeración por un máximo de 3 días. Luego puede calentarse unos minutos en el horno o en el microondas.

