Y después del éxito de la parmigiana de col, no podía concluir la temporada de verduras de otoño e invierno sin haber compartido con vosotros otro experimento exitoso en la cocina. La enésima variante de la clásica parmigiana de berenjenas. Esta vez es el turno de la calabaza, y específicamente la variedad Butternut, tan dulce y sabrosa, pero sobre todo versátil gracias a su típica forma de pera, que permite el corte perfecto de las rebanadas. ¡No podéis imaginar lo deliciosa que es esta versión, además de ser realmente fácil y rápida de preparar, ya que se ensamblan todos los ingredientes en crudo. Una gran ventaja, ¿no creéis? Lo importante es que las rebanadas de calabaza sean muy finas, por lo demás será pan comido hacerla. Será el perfecto salvavidas para la cena, incluso cuando se llega tarde del trabajo y se tiene realmente poco tiempo para dedicar a la cocina. Excelente como plato único para la cena, realmente exquisita también disfrutada fría cortada en cuadritos en un buffet, para llevar a la oficina o como segundo plato para un almuerzo frugal al aire libre, durante un picnic con amigos o donde queráis. Como con todas las otras versiones, podréis personalizarla adaptándola a los gustos de toda la familia y, una vez horneada, ¡os chuparéis literalmente los dedos!

Otras variantes para experimentar:

  • Dificultad: Muy fácil
  • Costo: Económico
  • Tiempo de preparación: 20 Minutos
  • Porciones: 6
  • Métodos de Cocción: Horno
  • Cocina: Italiana
  • Estacionalidad: Otoño, Invierno

Ingredientes

⚠ EN ESTA RECETA HAY UNO O MÁS ENLACES DE AFILIACIÓN. Los productos que recomiendo son los mismos que uso en mis recetas; comprarlos a través de mi blog contribuye a apoyarme a mí y a mi trabajo, ¡sin que a vosotros os cueste más!

  • 580 g calabaza (ya limpia)
  • 450 g puré de tomate
  • 100 g provola (rallada o en cubos)
  • 6 g aceitunas negras
  • 60 g queso parmesano rallado
  • 3 rebanadas jamón serrano
  • Unos ramas tomillo (fresco o albahaca)
  • Unas cucharadas aceite de oliva virgen extra
  • c.s. sal

Utensilios

  • 1 Cuchillo
  • 1 Fuente
  • 1 Cuchara

Pasos

  • Cortad la calabaza ya limpia y sin piel en rebanadas de un grosor máximo de 3-4 mm (fig. 1).

  • Condimentad la base de una fuente con unas cucharadas de puré de tomate, distribuid uniformemente y formad la primera capa de calabaza (fig. 2).

  • Sazonad con sal, espolvoread con dos cucharadas de queso parmesano rallado, el queso cortado en cubos o en rebanadas finas si lo preferís, y dos aceitunas deshuesadas cortadas en rodajas (fig. 3).

  • Cubrid con unas cucharadas más de salsa de tomate, rociad con 2 cucharadas de aceite y unas hojas de albahaca. Proceded a realizar una segunda capa, añadiendo la sal, el queso, las aceitunas y las tres rebanadas de jamón (fig. 4).

  • Espolvoread con más queso parmesano rallado y proceded a realizar la última capa con las rebanadas restantes de calabaza (fig. 5).

  • Terminad con la salsa restante, una abundante capa de queso parmesano, aceite, ajustad de sal, la provola en cubos y las aceitunas. Si os sobran ingredientes, según el tamaño de la fuente, podréis realizar también una cuarta capa (fig. 6).

  • Hornead en horno precalentado a 200°C durante unos 35 minutos o hasta que se forme una bonita costra en la superficie. Apagad y dejad enfriar antes de proceder a cortar las porciones.

  • Servid todavía tibia o a temperatura ambiente. ¡Estará buena de todas formas!

  • Y voilà…¡la parmigiana de calabaza está lista para ser disfrutada!

  • ¡Buen Provecho desde la cocina de FeFè!

Conservación

👉 Podréis conservar la parmigiana de calabaza en el frigorífico dentro de contenedores adecuados durante 2-3 días o congelarla en el congelador en porciones individuales hasta un máximo de 3 meses.

Consejos

🟣Otra variante realmente deliciosa prevé alternar las rebanadas de calabaza con rebanadas de patata, siempre cortadas muy finamente, y proceder como en la receta.

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lacucinadifefe

Mi blog se centra en una cocina sencilla, ligera y rápida, pero con atención al aspecto saludable de los platos que se llevan a la mesa y sin caer nunca en la banalidad.

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