Cuando se habla de rosquillas, enseguida se piensa en la alegría, la fiesta, el Carnaval, porque no hay nada que las represente más que estos dulces super versátiles y deliciosos. Normalmente, este periodo festivo del año evoca a lo frito, pero las rosquillas que os propongo hoy están en cambio cocidas al horno, porque no hace falta freírlas para hacerlas igualmente golosas y apetecibles.
En cualquier caso, serán ideales para quien como yo no le gusta tanto la fritura. Y os digo que recién sacadas del horno estarán suavísimas como nubes y olerán increíblemente. Yo las he hecho con ricotta y gotas de chocolate, y ya así están realmente deliciosas, pero nada impide que las hagáis aún más golosas y paradisíacas, adornándolas con una cobertura final de chocolate negro fundido. Serán perfectas para el desayuno o una rica merienda, además adecuadas para toda la familia al ser muy ligeras y delicadas. Podréis incluso cortarlas por la mitad y rellenarlas con mermeladas, miel, Nutella u otras cremas para untar a vuestro gusto. Y también al día siguiente, si sobran, solo tendréis que calentarlas unos minutos en el horno o incluso menos en el microondas para que vuelvan a estar crujientes como recién horneadas.
Si formáis parte de aquellos que prefieren preparar en casa los productos horneados para el desayuno, echad un vistazo también a estas otras propuestas sabrosas:
- Dificultad: Fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de reposo: 4 Horas
- Tiempo de preparación: 45 Minutos
- Porciones: 15 rosquillas
- Métodos de Cocción: Horno eléctrico
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Todas las estaciones
Ingredientes:
- 250 g harina Manitoba
- 200 g harina 00
- 50 g harina tipo 1
- 200 g ricotta de oveja
- 120 g azúcar moreno
- 110 g leche (tibia)
- 7 g levadura de cerveza deshidratada (o 12 g de levadura de cerveza fresca)
- 60 g gotas de chocolate negro
- c.s. corteza de limón (sin tratar)
- 1 pizca sal
- c.s. azúcar glas
Herramientas:
- 1 Cuenco
- 1 Cuenco pequeño
- 1 Tenedor
- 1 Cucharón
- 1 Rasqueta
- 1 Paño de cocina
- 1 Rodillo
- 1 Cortapastas
- 1 Molde
- 1 Bandeja
- 1 Papel de horno
Pasos:
Comienza disolviendo en un cuenco pequeño la levadura seca en la leche tibia. Mezcla y deja actuar 10′ o sigue las instrucciones del paquete de tu levadura.
Aparte, en un cuenco más grande, mezcla las harinas tamizadas, haz un hueco en el centro y bate los huevos a temperatura ambiente y una pizca de sal.
Con un tenedor, bate los huevos con un poco de harina, luego añade también la ricotta bien escurrida y tamizada, la corteza de limón y el azúcar.
Mezcla los ingredientes con un cucharón y añade finalmente la levadura disuelta y activada en la leche.
Amasa enérgicamente unos minutos, luego traslada la masa a la encimera con la harina que aún no se ha absorbido del todo, extiende el panecillo y añade poco a poco las gotas de chocolate, doblando y volviendo a extender, con la ayuda de una rasqueta.
Continúa amasando durante aproximadamente 10′, añadiendo un poco de harina en la encimera si es necesario, hasta obtener un panecillo homogéneo y compacto.
Colócalo en su mismo cuenco aún enharinado y cúbrelo con un paño de cocina seco y limpio. Deja que fermente dentro del horno apagado con la luz encendida hasta que doble su volumen. Tomará aproximadamente 2 horas.
Pasado este tiempo, vuelve a trasladar la masa a la encimera enharinada, extiéndela ligeramente con las manos y luego estírala con el rodillo hasta formar un disco de aproximadamente 1 cm de grosor.
Corta las rosquillas usando un cortapastas de diámetro Ø de 9 cm.
Procede a hacer un agujero central en cada rosquilla, utilizando una boquilla de pastelería de 3 cm o un molde para galletas de ese diámetro. Amasa nuevamente los restos sobrantes, deja fermentar unos minutos el panecillo obtenido antes de volver a extenderlo con el rodillo y finalmente obtén más rosquillas hasta agotar la masa.
Forra con papel de horno una bandeja y coloca las rosquillas ligeramente separadas entre sí. Deja que fermenten cubiertas con un paño de cocina hasta que doblen su tamaño en un ambiente cálido: tardará aproximadamente otras 2 horas.
Cocina las rosquillas en un horno ya caliente a 180°C estático o 170°C ventilado durante unos 15’/20′. Saca del horno y espolvorea con azúcar glas al gusto.
Y voilà… ¡vuestras rosquillas de ricotta y gotas de chocolate al horno están listas para ser disfrutadas!
¡Buen apetito de La Cocina de FeFè!
Conservación
👉Las rosquillas de ricotta y gotas de chocolate se presentan suaves y crujientes el primer día, por lo que recomiendo consumirlas recién horneadas, porque con el paso de las horas, aunque bien conservadas dentro de contenedores o bolsas selladas, pierden bastante, ¡pero no os preocupéis! Disfrutad de las primeras rosquillas, luego podéis decidir congelar las restantes y sacarlas del congelador cuando sea necesario, o calentar las restantes poco a poco un minuto en el microondas o en el horno 5′ a 165°C.
Consejos, notas, variaciones y sugerencias
🟣 Para hacer estas rosquillas aún más digeribles, podríais proceder con una fermentación más larga, trabajando la masa la noche anterior para luego poner el panecillo en la nevera toda la noche y realizar el estirado al día siguiente. Si queréis tenerlas siempre frescas, también podríais optar por reducir a la mitad las cantidades y obtener aproximadamente 7.
Podríais hacer una versión de cacao, sustituyéndolo por los 50 g de harina tipo 1 o podríais hacer las rosquillas aún más golosas, adornándolas con un topping de chocolate negro fundido.

