¿Conocéis la tahina? A mí me encanta, es un condimento obtenido de la molienda de semillas de sésamo, cuyo sabor y aroma se asemejan al de los cacahuetes. Esta crema es muy popular en Turquía, Grecia, el norte de África y en el Oriente, donde se utiliza principalmente para hacer hummus, babaganoush, la crema israelí a base de berenjenas, y muchos otros platos típicos de la región. Yo la utilizo para aderezar mis ensaladas o para acompañar mis falafel de garbanzos, pero también untada en el pan acompañada de mis mermeladas o conservas favoritas para una merienda proteica y super energética. Sin duda, es tan versátil que podéis adaptarla a cualquier plato que queráis, ya sea de carne o de verduras. A pesar de que su nombre todavía genere desconfianza, este condimento es en realidad un gran recurso para nuestro organismo. En primer lugar, el sésamo es riquísimo en micronutrientes como las vitaminas del grupo B y minerales como el hierro y el fósforo. En particular, es uno de los alimentos más ricos en calcio, cinco veces más que la leche, por lo que es valioso para la salud de nuestros huesos y la prevención de la osteoporosis. Además, el sésamo, al igual que todas las semillas oleaginosas, es fuente de grasas buenas como los Omega-3 y Omega-6, por lo que tiene una acción antiinflamatoria y cardioprotectora. La molienda de las semillas de sésamo previstas en esta preparación, permite a nuestro organismo absorber mejor todos estos nutrientes, por lo que se recomienda su consumo varias veces a la semana. Además, es realmente sencillo y rápido de preparar y la ventaja económica frente a comprarla es evidente. Bastarán tres ingredientes, de los cuales uno es opcional, un mezclador potente y una sartén antiadherente, y listo. Una vez lista, se conserva durante semanas a temperatura ambiente o meses en la nevera. ¡Pruébala y no la dejarás más!

Aquí encontraréis otras recetas realmente interesantes para aprovechar el sésamo más a menudo en vuestros platos:

  • Dificultad: Muy fácil
  • Costo: Económico
  • Tiempo de preparación: 5 Minutos
  • Porciones: 1 tarro mediano
  • Métodos de Cocción: Sin cocción
  • Cocina: Medio Oriente
  • Estacionalidad: Todas las estaciones

Ingredientes

⚠ EN ESTA RECETA HAY UNO O MÁS ENLACES DE AFILIACIÓN. Los productos que recomiendo son los mismos que uso yo en mis recetas; comprarlos a través de mi blog contribuye a apoyarme a mí y mi trabajo, ¡y a vosotros no os costará nada más!

  • 170 g semillas de sésamo
  • 35 ml aceite de sésamo (o aceite de semillas de girasol, cacahuete, etc.)
  • 1 g sal (opcional)

Herramientas

  • 1 Sartén
  • 1 Mezclador
  • 1 Espátula
  • 1 Cucharón

Pasos

  • Pon las semillas de sésamo en una sartén amplia antiadherente y tuéstalas a fuego bajo durante unos 4′-5′ mientras sigues removiendo con un cucharón de madera*.

  • Solo deben dorarse pero sin oscurecerse demasiado, de lo contrario no solo se volverán amargas, sino que también perderán sus propiedades beneficiosas y la capacidad de liberar sus aceites esenciales mientras las trituras.

  • Una vez tostadas, déjalas enfriar 10′ y transfiérelas a un mezclador junto con el aceite de sésamo.

  • Finalmente, añade una pizca de sal, si te gusta.

  • Tritura en impulsos para que no se calienten demasiado, preservando así todos los principios activos. Mezcla de vez en cuando con una espátula, empujando hacia abajo el compuesto que tiende a subir alrededor de las paredes. Inicialmente tendrás una mezcla pastosa y densa.

  • Hace falta un poco de paciencia, pero continuando a triturar poco a poco, las semillas de sésamo empezarán a liberar el aceite del que son ricas y obtendrás una crema fluida y uniforme.

  • Transfiere la crema obtenida dentro de un frasco de vidrio.

  • Y voilà… ¡tu tahina casera está lista para disfrutar!

  • ¡Buen Provecho de La Cocina de FeFé!

👉 La salsa tahina casera se conserva 2-3 semanas a temperatura ambiente dentro de un frasco de vidrio con tapa o hasta 6 meses en el frigorífico siempre dentro de un frasco de vidrio.

🟣 * Si queréis saltar un paso de la receta y acelerarla aún más, podéis comprar las semillas de sésamo ya tostadas, así que ya están listas para ser trituradas junto con los otros dos ingredientes previstos en la receta, sin siquiera tener que esperar el tiempo de enfriamiento de las semillas después del tostado, una ventaja ¿no lo creéis?.

🟣 Si no encontráis el aceite de sésamo podréis sustituirlo con otro aceite de semillas como por ejemplo el aceite de cacahuete, de girasol, etc., o con aceite de oliva virgen extra.

🟣 En sustitución del mezclador sirve también el mortero. Esto ciertamente evitará el calentamiento de las semillas de sésamo, preservando todos los principios activos, pero os advierto que los tiempos se alargarán considerablemente y con vuestra enorme fatiga. Para quienes usen la batidora, para evitar que las cuchillas se calienten, metedlas en la nevera al menos 1 h antes de la preparación. Triturad entonces de forma intermitente, como haríais con el pesto.

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lacucinadifefe

Mi blog se centra en una cocina sencilla, ligera y rápida, pero con atención al aspecto saludable de los platos que se llevan a la mesa y sin caer nunca en la banalidad.

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