Quitamos el hilo lateral, el que mantiene unidos los mejillones entre sí, eliminamos si es necesario las incrustaciones en la superficie de la concha, los ponemos en remojo durante media hora y los enjuagamos bajo el agua corriente. Colocamos las almejas dentro de un cuenco, añadimos agua, un poco de sal y las dejamos así durante unas dos horas. Finalmente, enjuagamos bajo el agua corriente como hemos hecho con los mejillones. Luego las ponemos a abrir en un cazo grande, tapadas, a fuego alto: tardarán unos 5/10 minutos. Una vez cocidas pero no demasiado, las dejamos enfriar.

Eliminamos la cabeza de los langostinos, el caparazón e incidimos la parte superior verticalmente con un cuchillo pequeño, para quitar el intestino y las lavamos rápida pero delicadamente bajo el agua corriente. Después de hervir el agua en una cacerola pequeña, sumergimos los mariscos, los cocinamos solo por dos minutos y los escurrimos de inmediato. Lo mismo para la sepia, que habrá sido ya limpiada por nuestra pescadería de confianza. La dejamos cocinar solo diez minutos, de lo contrario se endurecerá. Pasamos luego a las verduras: cortamos en trocitos la zanahoria, el apio y las partes verdes del hinojo, las que habríamos tirado a la basura.

En un cuenco grande ponemos los mejillones y las almejas sin cáscara, también añadimos la sepia en tiras, utilizando a placer cuchillo o tijeras.

Finalmente condimentamos con aceite de oliva virgen extra, vinagre de vino blanco, sal, aceitunas de Gaeta y mezclamos bien todos los ingredientes.

Servimos nuestra Ensalada de marisco con verduras crujientes, pero no antes de haberla dejado reposar en el frigorífico durante al menos dos horas.