Dejamos en remojo los limones durante unos diez minutos, para ablandar cualquier incrustación. Transcurrido este tiempo, si los limones están bien limpios podemos secarlos, de lo contrario, los pasaremos bajo el agua corriente con un cepillo para eliminar todos los residuos. La receta original, la marroquí, requiere que a los limones se les haga un corte en forma de estrella, sin abrirlos demasiado. Yo prefiero por comodidad dividirlos directamente en cuatro, porque consigo colocarlos mejor en los frascos.

Ponemos en el fondo del frasco un dedo de sal gruesa, y colocamos encima los gajos del primer limón, cubrimos con más sal y añadimos la pimienta que prefiramos, yo he puesto de varios tipos. Hacemos lo mismo con la segunda capa, y finalmente con una cuchara, intentamos empujar el sal hacia el fondo para que no queden espacios vacíos dentro del frasco.

Cerramos herméticamente el tarro de vidrio, y dejamos reposar en un lugar fresco y oscuro durante unos 40 días. Si durante este período la sal bajara y dejara de cubrir los gajos, añade un poco más. Una vez que los limones hayan llegado a la maduración adecuada, podemos empezar a utilizar los que necesitemos dejando bajo sal el resto. Con un cuchillo o con las manos, eliminamos la pulpa del gajo de limón.

Recordemos que podemos mantener los limones bajo sal, solo dos meses desde su maduración. Enjuagamos la cáscara bajo agua corriente para eliminar toda la sal, secamos con papel absorbente y cortamos en trocitos o en tiras.

Nuestros Limones Confit en conserva, son tan aromáticos y sabrosos, que bastará con muy poco para condimentar los alimentos que deseemos