En primer lugar, organizad vuestra área de trabajo con todos los ingredientes, para tener todo a mano.

Colocad la rebanada de pan para sándwich en la tabla de cortar, y con la ayuda de un pequeño rodillo, intentad aplanarla, evitando romperla.

Haced lo mismo con la segunda rebanada, y luego pasad al relleno.

Extendé una capa de crema de avellanas sobre toda la superficie, y luego enrolladla sobre sí misma, formando una especie de cilindro espiral.

Dividid el rollo en 4 partes, usando un cuchillo bien afilado, y dejad reposar en la nevera.

Mientras tanto, derretid el chocolate negro al baño maría, o alternativamente ponedlo unos segundos en el microondas.

Llegados a este punto, colocad el bol en la tabla de cortar, y antes de que se enfríe, sumergid una rodajita a la vez en el chocolate, escurridla y espolvoreadla con los confites de colores.

Colocadlas luego en un plato grande, para que no entren en contacto entre sí, y ponedlas unos minutos en la nevera, para que el glaseado endurezca.

Servid vuestras Rodajitas con crema de avellanas, no frías de nevera, de lo contrario también la crema interior estará demasiado sólida y poco sabrosa.

Una vez sacadas de la nevera, entonces, dejadlas atemperarse, y luego dadles un mordisco, las encontraréis crujientes por fuera pero con un corazón suave.