Hummus cremoso: cómo prepararlo en casa partiendo de garbanzos secos (o en lata)

El hummus en los últimos años se ha convertido en una verdadera moda: lo encuentras en los locales, en los supermercados y en mil versiones diferentes. Y no es casualidad. Es una crema de garbanzos con un sabor suave, ligeramente cítrico y con esa nota «tostada» del sésamo que la hace irresistible. A la gente le gusta porque es sana, nutritiva y combina prácticamente con todo: pan, verduras, ensaladas, platos únicos… es una de esas preparaciones que a menudo te salva el almuerzo y la cena.

Sus orígenes son antiquísimos: proviene de la tradición de Oriente Medio, donde el hummus es considerado un plato de compartir. Se servía en el centro de la mesa con pan caliente, y cada uno mojaba. Hoy se ha convertido en una tendencia muy amada: lo encuentras en los aperitivos, en los cuencos esparcido sobre el pan, en los platos vegetarianos e incluso en las lunch boxes más modernas.

Prepararlo tú misma te permite controlar el sabor, la consistencia y la calidad de los ingredientes: sin aditivos, sin conservantes, solo garbanzos, limón, sésamo y buen aceite. Y lo mejor es que se hace en poquísimos minutos, especialmente si usas garbanzos ya cocidos o los preparas con la Instant Pot.
Un pequeño gesto, un resultado cremoso y genuino que siempre conquista.

  • Dificultad: Fácil
  • Costo: Muy económico
  • Porciones: 4Piezas
  • Métodos de Cocción: Instant pot, Hornillo
  • Cocina: Italiana
  • Estacionalidad: Todas las estaciones

Ingredientes

  • 150 g garbanzos cocidos
  • 1 cucharada tahina (o 1 cucharada de harina de sésamo tostado)
  • 1 cucharada aceite de oliva virgen extra
  • 1/2 jugo de limón
  • 1 diente ajo (pequeño. Opcional)
  • 1 pizca sal
  • c.s. agua (para ajustar la consistencia)
  • pimentón (opcional)
  • semillas de sésamo (opcional)

Preparación

  • Garbanzos secos: enjuágalos y, si quieres, ponlos en remojo 8–12 horas. Cuécelos en Instant Pot durante 20–25 minutos con liberación natural (remojo) o 40–45 minutos sin remojo. Sala solo al final.
    Garbanzos en lata: escúrrelos, enjuágalos bien y sécalos ligeramente.

  • Si usas harina de sésamo tostado, puedes añadir un chorrito de aceite y mezclar hasta crear una pasta cremosa. Sirve para simular la tahina, que de otro modo carece de parte grasa.
    Si tienes la tahina lista, puedes usarla directamente.

  • Pon los garbanzos en la licuadora o en un recipiente alto para minipimer.
    Añade la tahina, limón, aceite, ajo y sal.
    Tritura agregando el agua fría poco a poco hasta obtener la consistencia deseada.

  • Si el hummus está demasiado denso, añade 1 cucharadita de agua a la vez.
    Añade un chorrito de aceite al final para compactar y aterciopelar la crema.

    Advertencias:
    Tritura durante al menos 1–2 minutos para obtener una crema realmente lisa.
    Prueba y ajusta de sal o limón según tus gustos.
    Si quieres un hummus más ligero, puedes aumentar el agua de 1 cucharadita a la vez.

  • Transfiere a un cuenco y adorna con pimentón, perejil picado, semillas de sésamo o un chorrito de aceite. (Todo opcional)
    Excelente como entrante, tentempié o condimento.

    hummus de garbanzos en el cuenco con rebanada de pan y zanahorias

Variantes

Hummus especiado: añade curry o comino.

Hummus de colores: mezcla con remolacha, pimientos asados o aguacate.

Hummus ligero: menos aceite, más limón y más agua.

Hummus extra cremoso: añade una cucharada extra de aceite.

Notas – Variante sin tahina (¡como lo hice yo!)

En mi zona la tahina no se encuentra fácilmente, así que usé harina de sésamo tostado. El hummus resulta ligeramente más denso, pero el sabor es auténtico.
Puedes hacer la crema más aterciopelada mezclando la harina con 1 cucharada de aceite para crear una mini-tahina,
o añadiendo un chorrito de aceite mientras trituras.

Conservación

Frigorífico: 3–4 días en recipiente hermético.

Congelador: hasta 3 meses. Descongelar en la nevera, luego añadir un chorrito de aceite o una cucharadita de agua para devolver la cremosidad. Congélalo en los recipientes para hielo

⚠️ Qué puede salir mal (y cómo evitarlo)

Aunque el hummus es una receta sencilla, hay algunos pequeños consejos que marcan la diferencia para obtener una crema aterciopelada, lisa y perfectamente equilibrada. Aquí los problemas más comunes y cómo solucionarlos.

1. El hummus resulta grumoso o poco liso
Si los garbanzos no están cocidos a la perfección, o no trituras lo suficiente, la crema puede resultar granulosa.
Cómo evitarlo:
Si usas garbanzos secos, cuécelos bien hasta que estén tiernos, sin sal.
Tritura al menos 1–2 minutos, mejor si con un minipimer potente o una licuadora alta.
Añade agua fría poco a poco mientras trituras para obtener la consistencia deseada.

2. Demasiado denso
A veces el hummus puede resultar compacto y difícil de untar.
Cómo evitarlo:
Añade una cucharadita de agua a la vez hasta alcanzar la consistencia cremosa.
Un chorrito de aceite de oliva virgen extra al final ayuda a compactar y aterciopelar la crema.
Si quieres una alternativa «natural», puedes usar también una cucharada de agua de cocción de los garbanzos, si los has preparado tú.

3. Demasiado acuoso
Si se exagera con el agua, el hummus se vuelve líquido y pierde cuerpo.
Cómo evitarlo:
Añade agua poco a poco y tritura cada vez para incorporarla.
Controla la consistencia antes de parar: debe ser suave pero compacta.

4. Sabor desequilibrado
El gusto puede resultar demasiado ácido, demasiado salado o poco aromático.
Cómo evitarlo:
Prueba mientras trituras y ajusta la sal y el limón según tus gustos.
La tahina o la harina de sésamo tostado da la justa nota «tostada» y cremosa: no te saltes este paso.
El ajo es opcional: añádelo gradualmente para evitar que cubra los otros sabores.

5. Color apagado o poco atractivo
Un hummus poco brillante puede resultar menos apetitoso, especialmente si lo sirves en cuencos.
Cómo evitarlo:
Tritura bien hasta obtener una crema lisa y uniforme.
Añade un chorrito de aceite al final de la preparación: alisa y compacta la superficie.
Para decorar, usa pimentón, perejil picado o semillas de sésamo: hace la crema más atractiva.

6. Conservación y consistencia después del frigorífico
El hummus puede endurecerse demasiado o perder parte de su cremosidad.
Cómo evitarlo:
Conserva en recipiente hermético hasta 3–4 días en la nevera.
Antes de servir, mezcla bien y añade un chorrito de aceite o una cucharadita de agua para devolverle la suavidad.
Si lo congelas, descongélalo en la nevera y devuelve la consistencia con aceite o agua como arriba.

Si quieres un hummus extra-cremoso, puedes quitar la piel a los garbanzos secos después de la cocción: requiere un poco de tiempo, pero el resultado es sorprendentemente aterciopelado.

FAQ – Hummus de garbanzos

  • ¿Puedo usar garbanzos en lata?

    ¡Sí! Ya están cocidos, basta con escurrirlos, enjuagarlos y proceder como en la receta. El resultado será excelente y te ahorrará tiempo.

  • Mi hummus está demasiado denso, ¿qué puedo hacer?

    Añade agua fría una cucharada a la vez o un chorrito de aceite. Tritura durante 30 segundos más para obtener una crema lisa. Si quieres, puedes usar un poco de agua de cocción de los garbanzos.

  • ¿Cuántas porciones obtengo con 150 g de hummus?

    Aproximadamente 2 porciones medianas de 70–80 g como entrante o tentempié. Si lo usas como condimento, puede ser suficiente para 3–4 porciones.

    Hummus de garbanzos en el recipiente de hielo

El hummus es una receta simple, práctica y realmente al alcance de todos. Ya sea que uses garbanzos secos, la Instant Pot o los ya listos, el resultado es siempre una crema sana, versátil y perfecta para acompañar pan, verduras, tostadas o platos únicos. Una de esas preparaciones «de casa» que nunca decepciona y que puedes personalizar como quieras.

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Laura

Blog de mi prima gestionado por Laura.

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