Pasos de la receta cheesecake salada con taralli, crema de ricotta y tomatitos

• Comencemos triturando y reduciendo a polvo los taralli. Vertemos la cantidad indicada en el cuenco de la picadora y la accionamos. Podemos pasarlos ya a un cuenco grande y reservarlos mientras derretimos la mantequilla en un cazo al baño maría, ayudándonos con un cuenco pequeño sumergido en el agua. Trituramos también dos o tres tomatitos, yo elegí los tomatitos amarillos para este paso, siempre con la picadora.

  Vertemos tanto los tomatitos triturados como la mantequilla ya derretida en el cuenco con los taralli y con una espátula primero y con las manos después, trabajamos la mezcla. Debemos llegar a una consistencia pegajosa que nos permitirá luego crear la base en los cortadores de pasta de los cheesecakes salados individuales que estamos preparando. Si no tenéis cortadores de pasta podéis usar un molde desmontable cubierto de papel de horno, obtendréis un cheesecake salado más grande de esta manera.

  Entonces dividimos la mezcla de taralli en los cuatro cortadores de pasta, o moldecitos que hayáis elegido, y con las manos o con el dorso de una cuchara presionamos bien. Debemos obtener una base bien sólida y crujiente después del reposo en el frigorífico de una hora. Luego colocamos todo en el frigo para que pueda enfriarse y solidificarse. Mientras tanto, dediquémonos a la preparación de la crema de ricotta y queso.

  Tomamos un cuenco, si queremos podemos usar el donde hemos trabajado la base de taralli y mantequilla después de haberlo lavado, y vertemos en su interior la ricotta. Añadimos el queso rallado y una pizca de sal y de pimienta, muy poca. Trabajamos con una cuchara o con una espátula para crear una crema lisa y compacta. Cubrimos con el film plástico y la colocamos en el frigorífico. Cuando haya pasado la hora de reposo de la base de taralli podremos proceder.

  

• Tomamos entonces los cortadores de pasta del frigorífico y el cuenco con la crema de ricotta, vertemos generosas cucharadas de crema sobre los taralli nivelando la superficie. Colocamos los cheesecakes individuales salados en el frigorífico y dejamos reposar durante al menos dos horas.

  Pequeño consejo: mientras los cheesecakes salados reposan, preparad el aderezo de tomatitos, estas dos horas permitirán que estos dos ingredientes se impregnen de sabor notablemente en comparación con un aderezo realizado pocos minutos antes de servir el aperitivo a la mesa.

  Lavamos los tomatitos y los colocamos sobre una tabla de cortar de madera y los cortamos a la mitad o en gajos. Vertemos todo dentro de un cuenco y condimentamos con aceite de oliva virgen extra y orégano, en mi caso seco. Si prefieres, puedes usar la albahaca fresca. Cubrimos con un poco de film plástico para alimentos y colocamos en el frigorífico.

  Antes de servir a la mesa los cheesecakes saladados los extraeremos delicadamente de los cortadores de pasta o del molde, los aderezaremos con los tomatitos amarillos y rojos, aún un chorrito de aceite y estaremos listos para disfrutar de un aperitivo salado único. Con esas hojitas de romero se obtiene un aroma intenso, diferente de la albahaca clásica. Una base crujiente y sabrosa de taralli, la frescura y delicadeza de la crema de ricotta, hacen de este aperitivo súper sabroso, que sorprende también por sus colores y sabor.

  Os deseo a todos buen provecho y os espero aquí en mi blog con muchas recetas fáciles y rápidas como esta!