Preparación de la Salsa de tomate fresco

• Limpia el apio, prestando atención a lavarlo bien porque a menudo contiene impurezas y tierra. Yo personalmente le quito las hojas, los filamentos y la parte más dura del tallo y lo lavo al menos 2 veces en agua fría y bicarbonato, luego lo enjuago bien para quitar el bicarbonato. Si encuentras en el fondo del recipiente aún partículas de tierra, repite la operación hasta que el agua no contenga más depósitos de impurezas.

  

• Prepara un picado de cebolla, ajo y apio.

  Toma una olla de bordes altos y vierte todo junto el aceite de oliva virgen extra, los tomates frescos troceados, el picado de cebolla, ajo y apio, las hojas de albahaca y perejil, la sal y la pimienta.

• Pon todo a fuego moderado y cubre la olla con una tapa, dejando un resquicio y remueve de vez en cuando, con cuidado de que no se pegue al fondo.

• La salsa estará lista después de unos 20-30 minutos de cocción y, en cualquier caso, debe resultar espesa y cremosa. Una vez transcurrido el tiempo de cocción, pasa todo por el colador para obtener una salsa cremosa y aterciopelada y añade también un chorrito de aceite de oliva virgen extra en frío y mucha albahaca (si te gusta).

• Puedes utilizar esta salsa de tomate fresco para aderezar cualquier tipo de pasta, lasaña o ñoquis.

  

• Esta salsa fresca se conserva en la nevera un máximo de 2-3 días y también se puede congelar por un máximo de 3 meses.