Pasos

• Primero, saca la mantequilla del refrigerador al menos media hora antes de comenzar. Córtala en trozos y colócala en el bol de la amasadora junto con la harina y comienza a amasar rápidamente con el gancho K. Trabájalos poco, justo el tiempo necesario para obtener una mezcla arenosa.

  

• Añade el azúcar en polvo, la pizca de sal, la vainilla y la cáscara rallada del limón, y finalmente las yemas de huevo. Compáctalo rápidamente, forma un bloque y colócalo en el refrigerador durante unos treinta minutos.

• Puedes preparar la masa quebrada también a mano: coloca la mantequilla junto con la harina en un bol y trabájala con las manos hasta desmenuzarla, luego añade el resto de los ingredientes, compacta formando un bloque y pon en el frigorífico.

• Pasado el tiempo de reposo indicado, enharina la superficie para amasar y enciende el horno, en modalidad estática, a 180°C.

• Coloca el bloque de masa quebrada y extiéndelo con el rodillo hasta formar una lámina de aproximadamente 0,3 – 0,4 cm de grosor. Si ves que tiende a desmoronarse, trabájalo un poco con las manos antes de extenderlo. Con un cortador de galletas redondo (o dentado, como el mío) de aproximadamente 6,5 cm de diámetro, corta círculos.

  

• Inserta cada círculo en un molde para tartaletas de 6 cm de diámetro (o en un molde para muffins, si no los tienes) y pincha el fondo con los dientes de un tenedor. Hornea, en horno ya caliente durante unos 8 – 9 minutos: deben quedar bien dorados.

  

• Aquí están las Conchas de Masa Quebrada para Tartaletas listas. ¡Buen provecho!

  

• Hasta la próxima receta.