Las alcachofas guisadas son una receta fácil y ligera, para usar como guarnición ligera y sabrosa para acompañar carne y pescado. Los ingredientes base de esta preparación son pocos, pero puede ser personalizada como más nos guste. Podemos preparar las alcachofas guisadas también con anticipación y mantendrán todo su sabor intacto. Además de ser sabrosas, las alcachofas también son buenas para nuestra salud, por lo que vale la pena comerlas de la manera que más nos guste. Cocinadas así, también se prestan a ser un excelente relleno para tartas saladas.

- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de preparación: 30 Minutos
- Porciones: 4/6 porciones
- Métodos de Cocción: Fogón
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Otoño, Invierno y Primavera
Ingredientes
- 4 Alcachofas mammole
- 1 diente Ajo
- c.b. Sal fina
- c.b. Aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharada Vino blanco seco
- c.b. Perejil
- c.b. Pimienta
- c.b. Agua
Herramientas
- 1 Sacabocados
Preparación
Lavamos y limpiamos las alcachofas eliminando la punta (serán suficientes 3 cm) y las hojas más externas y duras, hasta llegar a las más internas y tiernas.
Limpiamos el tallo (pero no lo eliminamos) cortando la parte terminal más dura y eliminamos la corteza, también dura y fibrosa.
Cortamos las alcachofas por la mitad y eliminamos el heno interno (con una cucharita o el sacabocados adecuado). A medida que limpiamos las alcachofas las colocamos en agua fría con limón.
Pasamos a la cocción. Colocamos las alcachofas en una olla alta y añadimos sal al gusto, un chorrito de aceite de oliva virgen extra, el ajo finamente picado, el vino y 2 dedos de agua fría. Tapamos y cocinamos a fuego bajo durante unos 20 minutos o hasta que estén tiernas al pincharlas con un tenedor. Yo las prefiero calientes, pero también son buenas frías. Si el agua tiende a secarse demasiado, podemos añadir algunas cucharadas más, siempre que sea caliente. A menudo añado también aceitunas o pimienta recién molida a la preparación, porque confieren a este plato una nota extra que nos gusta mucho. Las alcachofas cocinadas de esta manera resultan sabrosas y ligeras, nada indigestas. Al final de la cocción, espolvoreamos con perejil fresco picado en el momento.
La idea extra. Si queremos dar un toque adicional pero menos ligero al plato, podemos dorar uniformemente las alcachofas durante unos minutos, desglasarlas con el vino, salarlas, pimentarlas y luego añadir el agua para terminar la cocción. Elijan su versión preferida para disfrutar al máximo de las alcachofas guisadas.
Buen provecho