Las berenjenas al estilo funghetto no fritas son una alternativa sabrosa y facilísima a la receta tradicional que prevé que las berenjenas, cortadas en cubos, se frían y luego se unan a una simple y sabrosa salsa de tomate reducida, que sirve para dar un toque de color y sabor extra al plato. El método de cocción del que quiero hablaros hoy está dirigido a aquellos que no aman o no pueden comer platos fritos, pero no por eso deben renunciar a comer bien. La primera vez que las probé no podía creer que no hubieran sido cocinadas según la manera tradicional; fue un descubrimiento buenísimo y agradable. Las berenjenas son suaves, sabrosas y aromáticas. Pueden ser preparadas tanto en la versión con tomate como en blanco; además, pueden ser servidas tanto calientes como frías. Es un excelente acompañamiento con el que acompañar platos a base de carne y podemos usarlas en la pizza, o como relleno de deliciosos y ricos primeros platos, tartas saladas o bocadillos.

- Dificultad: Muy fácil
- Tiempo de preparación: 15 Minutos
- Porciones: 4
- Métodos de Cocción: Horno
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Primavera, Verano y Otoño
Ingredientes
- 1 kg berenjenas
- 3 cucharadas aceite de oliva virgen extra
- a gusto sal fina
- a gusto albahaca fresca
- 10 tomates del piennolo (o cherry, datterini, etc…)
- 1 diente ajo (con piel)
- 1 cucharadita aceite de oliva virgen extra
- a gusto sal fina
- a gusto albahaca fresca
Pasos
Lavamos las berenjenas, eliminamos el pedúnculo y las cortamos en cubos no demasiado pequeños.
Encendemos el horno a 200*.
Colocamos los cubos de berenjena en una fuente o bandeja para horno y las condimentamos con abundante albahaca picada, aceite de oliva virgen extra y sal fina. Mezclamos para distribuir el condimento de manera uniforme y aseguramos que los cubos de berenjena no se superpongan.
Horneamos la bandeja con las berenjenas a media altura por unos 20/25 minutos, en el horno ya caliente. Controlamos la cocción, para evitar que las berenjenas se sequen demasiado. Deben volverse suaves pero no secas y duras. Durante la cocción no es necesario removerlas.
Mientras las berenjenas se cocinan en el horno, preparamos la salsa de tomate (también es más ligera que la tradicional pero igualmente deliciosa y aromática).
Lavamos los tomates y los cortamos en trozos grandes.
Ponemos a calentar, en el fogón pequeño a fuego bajo, un poco de aceite de oliva virgen extra (una cucharadita es suficiente) con el diente de ajo con piel y cuando el aceite esté caliente y se empiece a oler el aroma del ajo, añadimos los tomates, mezclamos y dejamos cocinar por un par de minutos a fuego vivo. Ajustamos de sal, añadimos la albahaca y mezclamos. Tapamos la sartén, dejando un resquicio, bajamos el fuego y dejamos cocinar por unos diez minutos; debe reducirse bien, no quedar acuoso.
Cuando las berenjenas estén listas, las sacamos del horno, las transferimos a la sartén con la salsa (o en un bol) y las mezclamos con la salsa de tomates. Mezclamos muy bien y servimos enseguida o dejamos enfriar el plato. Pueden prepararse el día anterior y guardarse en la nevera hasta el momento de servirlas; estarán aún más buenas. Pruébalas como relleno de un bocadillo o en la pizza….son deliciosas.