Las bolas de ricotta fritas son un sabroso aperitivo sin huevo, para servir con aperitivos, como entrante, en buffets, happy hour entre amigos en casa; o cuando tenemos antojo de algo delicioso y para consumir ricotta sobrante. Podemos acompañarlas con verduras frescas o con salsas caseras de acompañamiento, buenas y muy fáciles. Podemos enriquecer las bolas de ricotta con especias, embutidos, quesos, según los gustos, para preparar varias versiones diferentes. Es preferible usar ricotta (de vaca, oveja o búfala) con una consistencia compacta y seca, absolutamente no cremosa. Podemos realizar bolas de ricotta fritas no solo sin huevo sino también sin gluten, preparando la masa con ingredientes específicos.

- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Muy económico
- Tiempo de reposo: 1 Hora
- Tiempo de preparación: 10 Minutos
- Porciones: 20
- Métodos de Cocción: Fritura
- Cocina: Italiana
Ingredientes
- 200 g ricotta
- 10 g almidón de maíz (maicena) (también sin gluten)
- q.b. sal fina
- 3 cucharadas queso rallado (grana y pecorino al gusto)
- q.b. pimienta (opcional)
- q.b. especias y embutidos (opcionales)
- q.b. aceite de semillas de girasol
- 80 g harina 00 (u otra harina sin gluten)
- 35 ml agua
- q.b. pan rallado (también sin gluten)
Instrumentos
- 2 Tazas
- 2 Tenedores
- Papel de estraza
- 3 Cucharas
- 1 Bol
- 1 Freidora de aire
Pasos
Dejamos escurrir el suero de la ricotta colocándola en un colador; es importante, de hecho, que esté bien seca.
Para contener la masa y el pan rallado he elegido usar tazas de leche (y no los típicos boles), porque, gracias a su forma, son muy cómodas para masas que deben manipularse lo menos posible, como en este caso; de manera fácil y rápida podremos formar las bolas sin dificultad.
Sobre la masa: si quieres preparar una masa sin gluten sabrosa y facilísima o simplemente darle un toque extra a este delicioso aperitivo, puedes usar harina de garbanzo, como se describe aquí.
Preparamos la masa de agua y harina.
1) Ponemos en un bol grande la ricotta, el almidón de maíz (ayudará a que las bolas se mantengan compactas), el queso rallado, una pizca de pimienta molida y posibles especias o embutidos finamente picados. Mezclamos bien y formamos bolas del tamaño de una nuez. La mezcla tendrá una consistencia bastante suave, pero no te preocupes porque debe ser así.
2) Ayudándonos con dos cucharas o cucharillas de mango largo, tomamos una pequeña porción de la mezcla y tratamos de dar una forma esférica. Las ponemos, poco a poco, sobre una tabla de cortar o bandeja con papel de horno, las cubrimos y las dejamos a temperatura ambiente (si hace demasiado calor, es preferible un lugar fresco) durante aproximadamente una hora, para que adquieran mayor consistencia.
Después de una hora, preparamos la masa.
3) En una taza grande de leche ponemos la harina tamizada, agregando el agua poco a poco, hasta formar una mezcla fluida, semidensa, que no debe deslizarse demasiado fácilmente de nuestras bolas de ricotta.
4) Llenamos la otra taza, hasta la mitad, con el pan rallado (o harina de arroz o de garbanzos).
5) Mojamos cada bola de ricotta en la masa. Con la ayuda de un tenedor, la levantamos, dejamos escurrir un poco la masa y la sumergimos en abundante pan rallado.
6) Tomamos la taza del pan rallado por el asa y hacemos un movimiento ligeramente rotatorio. Las bolas, de esta manera, se empanarán perfectamente por todos lados y sin romperse, dada su delicadeza. Las cogemos con otro tenedor y las colocamos en un plato con papel de horno o simplemente con un poco de pan rallado en el fondo. Continuamos así hasta agotar la mezcla.
Fritura
7) En una sartén antiadherente ponemos abundante aceite y lo llevamos a temperatura (puedes usar una freidora de aire muy conveniente para ahorrar aceite y tiempo). Tan pronto como el aceite esté listo, comenzamos a freír nuestras bolas de ricotta, agregándolas una por una, para evitar que el aceite se enfríe demasiado. Tan pronto como estén doradas por todos lados, las retiramos y las ponemos sobre papel absorbente.
Entre los ingredientes no está la sal, dada la presencia abundante de queso; si lo consideras necesario, puedes salarlas en la superficie después de la cocción.
Buen provecho