Preparación

• 1) Ponemos el excedente de masa madre ya listo y bien fermentado en un bol o en la amasadora. Añadimos 100 mililitros de agua y amasamos, asegurándonos de que la levadura se disuelva en el agua.
  2) Unimos todos los demás ingredientes y el agua restante. Si lo creéis necesario, podéis añadir unas cucharadas de agua extra, si la masa está demasiado firme. No todas las harinas absorben la misma cantidad de líquidos; depende mucho de la humedad y de la temperatura ambiente.
  3) Amasamos hasta que todos los ingredientes estén bien integrados y la masa esté bien unida, lisa, suave y no se pegue a las manos. La dejamos fermentar cubierta.
  4) Cuando haya fermentado, la volcamos con cuidado sobre una superficie ligeramente enharinada y la dividimos en 6 o más piezas, según nuestras necesidades. Colocamos cada pieza en vertical respecto a nosotros y, empezando desde arriba, la enrollamos sobre sí misma. Al mismo tiempo, tiramos poco a poco de los extremos de la masa hacia afuera. De esta manera se formará un croissant o brioche, como se quiera llamar.
  5) Colocamos las brioche en una bandeja con papel de horno, a una distancia de dos dedos entre sí, y dejamos que fermenten.
  6) Encendemos el horno a 170° y lo precalentamos. Horneamos las brioche con aceite de oliva virgen extra a media altura, en el horno caliente, y las cocinamos durante unos 25 minutos, hasta que estén bien infladas y doradas.