Los buñuelos de acelgas son un finger food fácil y rápido, además de tentador y muy sabroso. Las acelgas se añaden crudas a la masa; de este modo (gracias también a la masa bastante densa), mantienen el color y se crea un juego de texturas muy agradable entre el exterior muy crujiente y el interior suave. La masa es muy ligera porque no contiene huevos ni levadura; además, podemos usar otros tipos de harina, especialmente sin gluten, como la masa con harina de garbanzo para frituras perfectas y sabrosas. Preséntalos para un aperitivo o un buffet, serán un éxito.

- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de preparación: 15 Minutos
- Porciones: 20/22 buñuelos
- Métodos de Cocción: Cocina
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Otoño, Invierno y Primavera
Ingredientes
- 200 g Acelgas (frescas)
- 200 g Harina 00
- 100 ml Agua
- c.s. Pimienta
- c.s. Sal fina
- 1 cucharada Queso (rallado)
Preparación
Lavamos las acelgas después de haber eliminado los tallos. Las transferimos a un colador y dejamos escurrir el exceso de agua (si fuera necesario) y las presionamos con delicadeza entre las manos para eliminar la mayor cantidad de agua posible. Finalmente, las troceamos y reservamos.
En un bol grande tamizamos la harina, añadimos una pizca de pimienta, el queso y el agua (poca a poco).
Mezclamos todos los ingredientes hasta obtener una masa densa y fluida pero no excesivamente líquida porque no debe deslizarse de las acelgas. La masa debe actuar como aglutinante entre las hojas troceadas y hacerlas crujientes al final de la cocción.
Añadimos las acelgas troceadas y mezclamos bien para que la masa se distribuya de manera uniforme.
Ponemos a calentar aceite de semillas en una sartén alta y estrecha. Cuando el aceite esté caliente, ayudándonos con dos cucharillas, cogemos una cantidad de acelgas del tamaño aproximado de un huevo; de este modo los buñuelos de acelgas se cocinarán mejor y más rápido. Les damos la vuelta a menudo en el aceite durante un par de minutos y, luego, los colocamos sobre papel de cocina absorbente. Seguimos hasta terminar la masa, los salamos en la superficie solo al final y los servimos muy calientes.
La idea extra. Los buñuelos de acelgas también se pueden freír con antelación, como se describe arriba, y conservarse en un plato con papel de cocina. Poco antes de servirlos, los colocamos en una bandeja con papel de horno y los pasamos por el horno precalentado a 200*, a media altura, durante 15 minutos (calor solo desde abajo). Quedarán como recién fritos, crujientes y sabrosos. Uso este truco, si así puedo llamarlo, para la mayoría de los fritos que sobran.