Canederli finger food con corazón fundido

Hoy hablamos de canederli finger food cocidos al horno. Pues sí, he reinterpretado un clásico de la cocina tirolesa, porque quería crear un aperitivo sabroso y diferente de lo habitual, para servir con los aperitivos. Son suaves, aromáticos (gracias a la presencia de los tomates secos) y con un corazón fundido dado por la provola con la que están rellenos. Son tan sabrosos que se pueden servir tanto calientes como fríos. Se trata de un entrante refinado y sabroso; y, para realizarlo, es suficiente tener pan de algunos días y muy poco caldo (ya sea vegetal o de carne), agua o leche para que el pan se vuelva suave sin deshacerse. Podemos personalizarlos y enriquecerlos según la ocasión o nuestras necesidades.

  • Dificultad: Muy fácil
  • Costo: Muy económico
  • Tiempo de preparación: 10 Minutos
  • Porciones: 24 canederli
  • Métodos de Cocción: Horno
  • Cocina: Italiana
  • Estacionalidad: Todas las estaciones

Ingredientes

  • 200 g Pan casero (también sin gluten)
  • 6 Tomates secos
  • 3 cucharadas Queso
  • c.s. Caldo
  • c.s. Pimienta
  • 1 Yema de huevo
  • 250 g Provola
  • 50 g Speck en lonchas
  • c.s. Pan rallado (también sin gluten)

Preparación

  • Ponemos los tomates secos en agua hirviendo y los dejamos durante 30 minutos. De esta forma se volverán más suaves y más agradables al paladar.

    Cuando estén suaves, los picamos groseramente.

    Cortamos la provola en cubitos y dejamos escurrir cualquier suero. No añadimos demasiada sal a la receta.

    Picamos también el speck con un cuchillo, después de eliminar las partes grasas.

    Desmenuzamos el pan (si la corteza del pan es demasiado dura, usaremos solo la miga) y lo ponemos en un bol grande, donde añadiremos un par de cucharadas de caldo caliente para que el pan se ablande lo suficiente para amasarlo con los otros ingredientes. Si no tenemos caldo disponible, podemos usar leche o agua simple, siempre que estén muy calientes.

    No exageramos con los líquidos, porque recordamos que en la masa también se insertará la yema, que dará más humedad, además de ligar todo.

    Tan pronto como el pan esté suave, lo presionamos para sacar cualquier líquido en exceso. Lo transferimos a un robot de cocina o licuadora. Añadimos todos los demás ingredientes y licuamos (o mezclamos a mano) hasta obtener una masa suave y pegajosa.

    Si resultara demasiado suave, añadimos algunas cucharadas de pan rallado u otro poco de miga de pan.

    Por el contrario, si la mezcla sigue siendo demasiado dura, podremos añadir otra cucharadita o cucharada de caldo, según la consistencia que queramos alcanzar.

    Si en cambio parece no estar suficientemente ligado, entonces será suficiente añadir un poco de clara de huevo (que habíamos separado de la yema).

    Encendemos el horno, configurando la temperatura máxima.

    Mientras tanto, ponemos pan rallado en un plato hondo. Con las manos tomamos un poco de la mezcla (decidiremos nosotros el tamaño de los canederli finger food), lo pasamos por el pan rallado, le damos forma de bolita, presionamos en el centro, creando un hueco en el que pondremos un trozo de provola.

    Cerramos, presionamos ligeramente en los extremos, los volvemos a pasar por el pan rallado y colocamos cada canederlo en una bandeja con papel de horno. Los pincelamos con un poco de aceite de oliva virgen extra y los horneamos en la rejilla central durante unos 15 minutos o hasta que estén dorados.

    También podemos freírlos, si no tenemos un horno disponible o no queremos usarlo.

Notas

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mielefarinaefantasia

Recetas fáciles para el día a día y ocasiones especiales, para todos los días y para todos los gustos, incluso sin gluten.

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