Otro de los frutos simbólicos del otoño es la avellana, que puede ser utilizada en la cocina para preparaciones dulces o saladas. Las avellanas pueden ser consumidas una vez maduras, tanto crudas como tostadas. En este artículo veremos cómo obtener, en pocos y sencillos pasos, una tostada perfecta con el horno de casa. De esta forma, podremos conservar las avellanas por mucho tiempo y utilizarlas incluso cuando no estén de temporada. El mismo procedimiento y precauciones pueden aplicarse también a las almendras

- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Medio
- Tiempo de preparación: 1 Hora
- Porciones: 1 kg
- Métodos de Cocción: Horno
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Otoño
Ingredientes
- 1 kg Avellanas peladas
Preparación
Pelamos las avellanas y las colocamos en una bandeja grande, cubierta de papel de horno, de manera que no se superpongan.
Encendemos el horno y lo llevamos a 160°. No superemos esta temperatura pues podrían desarrollarse mohos tóxicos altamente cancerígenos llamados «aflatoxinas».
Horneamos a media altura la bandeja con las avellanas y las dejamos tostar, mezclándolas de vez en cuando, durante unos 30 minutos si se trata de un horno a gas; si es un horno eléctrico que cocina simultáneamente arriba y abajo, el tiempo de cocción se reduce considerablemente.
Para saber si las avellanas están tostadas, probamos una que no debe resultar gomosa en los dientes, sino crujiente. Una vez terminada la tostada, las sacamos inmediatamente y las dejamos enfriar. Cuando estén frías, podremos eliminar fácilmente la piel externa, simplemente frotando las avellanas con las manos. Luego las guardamos en una bolsa para alimentos o una caja hermética para mantener intacto su sabor, aroma y crujiente.