La delicia de frutos del bosque es una deliciosa tarta fría de nevera, que no necesita cocción y, usando mantequilla y nata sin lactosa y/o galletas sin gluten, podrá ser disfrutada también por quienes son intolerantes a estos alimentos. Se trata de una base crujiente realizada con galletas y mantequilla derretida, rellena con nata fresca con aroma de limón (es decir, una especie de «chantilly» aromatizada con cáscara de limón en lugar de vainilla). Es un derroche de colores, aromas y sabores. Esta tarta se prepara con antelación, se disfruta fría y es excelente tanto como postre del domingo como tarta para buffet y fiestas.

- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Medio
- Tiempo de reposo: 6 Horas
- Tiempo de preparación: 15 Minutos
- Porciones: 12
- Métodos de Cocción: Sin cocción
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Primavera, Verano
Ingredientes
- 300 g galletas secas (también sin gluten)
- 190 g mantequilla derretida
- c.s. cáscara de limón rallada
- 400 g nata fresca líquida fría de nevera (también sin lactosa)
- 70 g azúcar glas
- cáscara rallada de dos limones
- 500 g fresas
- 2 paquetes arándanos negros frescos
- 2 paquetes frambuesas frescas
Herramientas
- 1 Molde para tartas
Pasos
Para realizar la delicia de frutos del bosque he utilizado un molde para tartas de 28 cm. con fondo removible, muy práctico y cómodo para un postre como este.
Podemos usar también un molde clásico para tartas con fondo removible (siempre de 28), si nos resulta más cómodo, y darle a la base la forma de un disco en lugar de una tarta.
1) Preparamos la base. En un procesador de alimentos ponemos las galletas troceadas y las trituramos hasta reducirlas casi a polvo; las transferimos, luego, a un bol.
2) Mojamos el molde para tartas y luego lo forramos con papel de horno, haciéndolo adherir bien a las paredes y al fondo.
3) Ponemos la mantequilla en trozos en un cazo, añadiendo también la cáscara rallada de un limón (suavizará el sabor y el olor de la mantequilla, haciendo que la base sea mucho más aromática y «fresca» al paladar) y la derretimos a fuego lento en el fogón más pequeño, sin abandonar el cazo.
Cuando la mantequilla esté completamente derretida, la vertemos caliente sobre las galletas. Mezclamos de inmediato con una cuchara o tenedor de madera para permitir que las galletas absorban la mantequilla perfectamente.
Transferimos la mezcla de galletas al molde y formamos una «tarta» presionando bien la mezcla húmeda tanto en los bordes como en el fondo, usando también los dedos para modelar, si fuera necesario.
Presionamos bien sobre todo en el fondo (yo uso un machacador de carne). Ponemos la base en la nevera, mejor si está cerrada en un recipiente para tartas, para permitir que la mantequilla se endurezca y la dejamos al menos una hora.
4) Cuando la base esté bien fría, dura y compacta, prepararemos la crema. Ponemos la nata fría de nevera en el procesador de alimentos y comenzamos a montarla. Cuando la nata empiece a volverse densa añadimos la cáscara rallada de dos limones y el azúcar glas. Continuamos montando la nata (ponemos en el congelador o en la nevera el bol y las varillas, para que la nata monte mejor y más rápido) hasta que quede bien firme (un minuto aproximadamente será más que suficiente).
La vertemos sobre la base de la tarta, la nivelamos y la distribuimos de manera uniforme. La volvemos a poner en la nevera, en el recipiente para tartas, hasta unas horas antes de servirla.
5) Unas horas antes de servirla decoramos con las fresas y los frutos del bosque, dispuestos según nuestra fantasía o como lo hice yo, si os gusta.
Este postre se debe preparar con antelación, como decía, incluso unos días antes, para que la base y la nata se vuelvan aún más aromáticas y sabrosas.
La idea extra. Si la nata no os gusta o si queréis proponer este postre en versiones diferentes, podéis utilizar un relleno a base de ricota, de mascarpone, crema pastelera, y así sucesivamente.
A continuación, algunas alternativas fáciles y deliciosas para usar como relleno de la delicia de frutos del bosque.