Para preparar la ensalada de pasta fría con caballa y habas, comenzamos llevando a ebullición el agua en la que cocinaremos la pasta corta (puedes usar cualquier formato corto, con y sin gluten, que más te guste o que tengas en la despensa).

Para evitar que la pasta tenga una textura blanda es bueno cocinarla muy, muy al dente. En mi caso, por ejemplo, cociné las mariposas sin gluten durante 6 minutos exactos (de 9 minutos), a partir de que el agua volvió a hervir después de añadir la pasta.

Sazonamos el agua de cocción de la pasta lo justo sin exagerar, ya que podremos ajustar la sal en la preparación posteriormente.

Ponemos a remojar los tomates secos en agua hirviendo durante unos diez minutos (para ahorrar tiempo y gas/electricidad, podemos remojar los tomates secos en la misma agua de cocción de la pasta, quitándolos justo antes de añadir el formato de pasta elegido). Después de remojarlos, los cortamos en tiras o en trocitos.

Escurrimos perfectamente la caballa de su aceite de conservación.

Lavamos los tomatitos y los cortamos en cubos. Realizamos esta operación en un plato grande y plano; de esta manera recuperaremos el agua de vegetación de los tomatitos que nos servirá luego como condimento para darle un toque extra de sabor a la pasta.

Después de pelar las habas frescas, reservamos un puñado (las añadiremos al plato final para dar una agradable nota crujiente) y trituramos el resto durante unos segundos con 3-4 cucharadas de agua fría. Debemos obtener un puré suave, denso (no duro ni líquido) y homogéneo que haremos más fluido posteriormente, añadiéndolo a la pasta y a los otros ingredientes, incluido el aceite de oliva virgen extra.

Picamos muy finamente un poco de cebolla roja (mejor de Tropea); basta con poca porque debe acompañar los sabores de los otros ingredientes y no cubrirlos.

Una vez que la pasta esté lista, la escurrimos bien y la transferimos a un bol grande.

Agregamos inmediatamente los cubitos de tomatitos frescos y su agua, los tomates secos, la cebolla, la caballa, las habas frescas dejadas enteras, una pizca de guindilla en polvo o fresca, si se desea, y la crema de habas. Condimentamos con un abundante chorro de aceite de oliva virgen extra, mezclamos inmediatamente para amalgamar todo, cubrimos con una tapa o un plato, dejando una abertura para evitar que se forme condensación y dejamos enfriar completamente a temperatura ambiente (luego podremos transferir el bol bien cubierto al frigorífico).

La ensalada de pasta fría con habas y caballa está lista.

¡Buen provecho!