Antes de que los pimientos ya no estén de temporada, me gustaría proponeros la receta para realizar una focaccia suave suave, que se puede servir tanto caliente como fría. Se trata de una masa fermentada altamente digerible gracias a sus tres fermentaciones, rellena de pimientos y, sobre todo, deliciosa, que se puede ofrecer para la cena del sábado por la noche o para un buffet. Esta suave focaccia con pimientos es sencilla de realizar, y permanecerá suave incluso al día siguiente de la cocción.

  • Dificultad: Muy fácil
  • Costo: Económico
  • Tiempo de reposo: 6 Horas
  • Tiempo de preparación: 1 Hora
  • Porciones: 6
  • Métodos de Cocción: Horno
  • Cocina: Italiana

Ingredientes

  • 5 g levadura fresca de panadería
  • 100 g harina 0
  • 80 ml agua a temperatura ambiente
  • 275 g harina 0
  • 150 ml agua a temperatura ambiente
  • 7 g sal fina
  • pre-fermento leudado
  • 3 pimientos
  • c.s. aceite de oliva virgen extra
  • c.s. sal fina
  • 1 cucharada vino blanco seco
  • 1 diente ajo (sin el germen interior)

Herramientas

  • 1 Bandeja de horno

Pasos

Para la cocción de la focaccia, podéis usar una bandeja redonda de 28 cm (para una focaccia un poco más alta) o de 30 cm de diámetro.

Los tiempos de fermentación son puramente indicativos ya que dependen de la temperatura ambiente en casa.

Realizamos el pre-fermento (o levain como se prefiera). En un bol grande, disolvemos perfectamente la levadura fresca de panadería en 80 mililitros de agua y añadimos la harina bien tamizada.

Mezclamos hasta obtener un bollo suave.

Sellamos el bol con film transparente y dejamos que doble su volumen en un lugar resguardado de corrientes de aire.
Mientras tanto, preparamos los pimientos. Lavémoslos, ábrelos a la mitad y quítales el tallo, las semillas y los filamentos blancos; córtalos, luego, en trozos pequeños.

En una sartén, ponemos a dorar el ajo en aceite de oliva virgen extra y, cuando esté listo, añadimos los pimientos y los dejamos dorar durante unos minutos a fuego alto, removiendo continuamente. Mojamos con el vino blanco y, continuando a remover, esperamos que el alcohol evapore, salamos, tapamos y dejamos cocinar durante unos 5/6 minutos a fuego bajo; deben quedar firmes y crujientes. Apagamos, los escurrimos perfectamente del condimento y dejamos enfriar.

Preparación de la masa. Tan pronto como el levain haya doblado su volumen, podremos preparar la masa propiamente dicha de nuestra focaccia.

En el mismo bol en el que hemos dejado fermentar el pre-fermento, tamizamos la harina (sobre el levain) y añadimos la mitad del agua prevista (aproximadamente 75 ml). Comenzamos a incorporar el levain a la harina y al agua con las manos.

Disolvemos, luego, la sal fina en el agua restante y la añadimos a la masa. Trabajamos todo en el interior del bol (3-5 minutos como máximo), hasta obtener una masa bien amalgamada, suave y pegajosa al mismo tiempo, resistiendo la tentación de añadir más harina.

Engrasamos con un poco de aceite todo el interior del bol y cerramos bien con film transparente, para permitir una fermentación perfecta y evitar que la masa se seque en la superficie.
Cuando la masa de la focaccia esté bien inflada, engrasamos bien la bandeja y, con mucho cuidado, la bajamos del recipiente directamente en la bandeja (así no se desinfla).

Engrasamos nuestras manos con un poco de aceite y, siempre con cuidado, la extendemos con los dedos hasta cubrir toda la bandeja. Luego, distribuimos en la superficie los pimientos, asegurándonos de escurrir cualquier condimento líquido residual.

Doblamos el borde exterior de la focaccia hacia el interior (como en la 2* foto), cubrimos y dejamos fermentar nuevamente durante aproximadamente 1 hora o un poco más, dependiendo de la temperatura ambiente en el horno apagado.


 Transcurrido el tiempo, sacamos del horno la focaccia y lo encendemos a la temperatura más alta.

Cuando el horno esté listo, introducimos la focaccia a media altura y bajamos inmediatamente la temperatura a 200*.

La cocemos durante unos 15 minutos como máximo. Transcurridos 15 minutos, comprobamos que el fondo de la focaccia esté dorado, de lo contrario, prolongamos la cocción un par de minutos más, pero no la cocinemos demasiado, para evitar que se seque. Si vuestro horno cocina tanto arriba como abajo simultáneamente, los tiempos de cocción se reducen unos 5 minutos.
Cuando esté cocida, sacámosla inmediatamente del horno y la dejamos enfriar durante unos minutos antes de servirla. El aroma será tan tentador que será difícil resistirse a la tentación de probarla aún caliente.

La idea extra. La focaccia se puede personalizar como más nos guste, utilizando también otros tipos de harinas, como por ejemplo, harina de trigo integral, de trigo duro, etc. En estos casos, habrá que tener en cuenta que cambiará la cantidad de agua a añadir a la masa, ya que cada harina absorbe una cantidad de agua que varía tanto de tipo en tipo como en función de la temperatura y humedad ambientales.

Podremos usar pimientos simplemente escaldados durante un par de minutos en agua salada ya en ebullición o sobrantes de preparaciones anteriores.

La cantidad de levadura fresca de panadería se puede disminuir hasta un solo gramo si la temperatura ambiente es particularmente alta.

Bon appétit
 

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mielefarinaefantasia

Recetas fáciles para el día a día y ocasiones especiales, para todos los días y para todos los gustos, incluso sin gluten.

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