Una lleva a la otra… Las galletas de miel y chocolate sin mantequilla son tan deliciosas que es difícil comer solo una. Se trata de galletas suaves con un sabor y aroma irresistibles. No contienen mantequilla, no contienen azúcar, ni levadura y son igualmente exquisitas, facilísimas de hacer y podemos personalizarlas tanto en los ingredientes como en la forma. Podemos disfrutarlas en el desayuno, la merienda, como snack o acompañamiento al café y al té. Las galletas de miel y chocolate nacieron de mi imaginación y del deseo de crear algo delicioso que, al mismo tiempo, no fuera necesariamente y excesivamente demasiado calórico y pesado.

- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Medio
- Tiempo de reposo: 1 Hora
- Tiempo de preparación: 20 Minutos
- Porciones: 40 galletas
- Métodos de Cocción: Horno
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Otoño, Invierno y Primavera
Ingredientes
- 500 g harina 00
- 150 g miel
- 100 ml aceite de semillas
- 2 huevos enteros medianos
- 100 g chocolate negro
- c.s. ralladura de naranja
- 1 pizca sal fina
Preparación
En un bol ponemos la miel y los huevos. Mezclamos con un batidor o un tenedor, hasta obtener una mezcla lisa y bien integrada.
Añadimos la harina tamizada, la sal fina, la ralladura de naranja, el aceite (lo vertemos poco a poco, porque no todas las harinas absorben los líquidos en la misma medida y podría necesitarse un poco menos o un poco más del que indico) y el chocolate picado a cuchillo (también van bien las gotas de chocolate).
Amasamos los ingredientes hasta obtener una masa firme.
Enharinamos la mesa de trabajo y extendemos la masa con el rodillo hasta obtener una lámina de aproximadamente un centímetro y medio de grosor. Cortamos las galletas en las formas deseadas y las colocamos en una bandeja forrada con papel de hornear. Ponemos la bandeja en el refrigerador durante una hora.
Pasado el tiempo, encendemos el horno y lo ajustamos a 180*.
Las galletas se cocinan en el horno ya caliente, a media altura, durante unos 20 minutos. Los tiempos de cocción pueden variar de un horno a otro y sobre todo si se hornea simultáneamente arriba y abajo.
Sacamos las galletas del horno y las dejamos enfriar completamente antes de disfrutarlas. Recién sacadas del horno estarán muy suaves; a medida que se enfríen, se volverán más firmes. Se conservan en una caja de lata o en un recipiente de vidrio hermético.