Hoy os propongo unas deliciosas y fragantes galletitas de café que no contienen lactosa y han sido realizadas con sémola de trigo duro molida de nuevo. Estas galletas son facilísimas y pueden acompañar el desayuno y la merienda; o bien ser mojadas en leche, en café (si como a mí, no os basta con el que ya llevan las galletas), en chocolate o en té. Se pueden conservar en una bolsa para alimentos o en una caja de lata durante varios días.

- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de reposo: 1 Hora 30 Minutos
- Tiempo de preparación: 15 Minutos
- Porciones: 45
- Métodos de Cocción: Horno
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Otoño, Invierno y Primavera
Ingredientes
- 500 g sémola de trigo duro molida de nuevo
- 2 huevos
- 90 ml aceite de semillas
- 50 ml café sin azúcar
- 150 g azúcar granulada
- 1 cucharadita licor de anís
- 1 pizca sal fina
- 1 sobre vainillina
- 1 sobre amoníaco para repostería
- c.s. avellanas tostadas
- c.s. azúcar glas
Preparación
En un bol grande vertemos todos los ingredientes y amasamos (a mano o con una amasadora). Al principio podría parecer que la masa está demasiado dura, pero la sémola de trigo duro tarda más en absorber los líquidos, así que resistid la tentación de añadir más café.
Amasamos hasta obtener un panecillo liso y uniforme. Lo envolvemos en film transparente para alimentos y lo colocamos en la parte más fría de la nevera durante 30 minutos.
Después de media hora sacamos de la nevera nuestro panecillo y damos forma a nuestras galletas de sémola de trigo duro al café sin lactosa. Yo dividí el panecillo en tres partes: de una separé trocitos de 15 gramos, a los que di forma de bolitas, y les incrusté una avellana.
Con la segunda parte creé una especie de cilindro del que corté galletas con un diámetro de unos 5 centímetros y con un grosor de 1 centímetro; también aquí inserte una avellana en el centro.
Con la tercera parte hice galletas en forma de herradura, sobre las que espolvoreé azúcar granulada.
A medida que formamos las galletas, las colocamos en una bandeja cubierta con papel de horno. Cuando terminemos, colocamos las bandejas con las galletas en la nevera durante 1 hora.
Después de una hora, encendemos el horno a 180*. Horneamos nuestras fragantes galletas en el horno ya caliente, a media altura, durante 20 minutos.
Las galletas están listas cuando la masa haya perdido su brillo y estén doradas en la base. Recién salidas del horno, las galletas de sémola de trigo duro al café están muy blandas y el olor del amoníaco para repostería es muy fuerte; se volverán más firmes a medida que se enfríen y el olor del amoníaco para repostería desaparecerá completamente.
Dejamos enfriar antes de espolvorearlas con abundante azúcar glas. Recomiendo disfrutarlas después de unas horas o al día siguiente.