Cuando hace calor, estar en los fogones se vuelve bastante difícil. Sin embargo, hay platos que se pueden preparar con antelación y consumir fríos, como los llamados «primeros platos fríos» (cuscús, ensaladas de pasta o de arroz). Hoy hablamos de una pasta fría que no contiene grasas animales ni lactosa, aderezada con crema de calabacines y nueces, delicada en sabor, ligera y por ello adecuada tanto para el almuerzo como para la cena. Todas mis recetas son personalizables según los gustos, la estacionalidad, las necesidades alimentarias y las ocasiones; también esta pasta fría con crema de calabacines y nueces se puede enriquecer con otros ingredientes o prepararse con pasta sin gluten
- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de preparación: 30 Minutos
- Porciones: 4
- Métodos de Cocción: Fogón
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Primavera, Verano
Ingredientes
- 250 g pasta corta a gusto
- 200 g nueces peladas
- 3 tomates de ensalada
- 350 g calabacines
- 10 hojas albahaca fresca
- c.s. sal fina y gruesa
- c.s. aceite de oliva virgen extra
- 1 pizca pimienta negra recién molida
- 1 trozo de cebolleta o de su tallo fresco
Pasos
Ponemos a calentar agua en una olla grande (la usaremos también para cocer la pasta).
Mientras tanto, eliminamos las partes de desperdicio de los calabacines, los lavamos y los cortamos en trozos grandes.
Lavamos las hojas de albahaca y los tomates de ensalada que cortaremos en trozos.
También pelamos las nueces.
Tan pronto como el agua comience a hervir, añadimos sal gruesa, esperamos a que vuelva a hervir y añadimos los trozos de calabacín.
Tapamos, dejamos cocer exactamente 5 minutos, luego escurrimos muy bien los calabacines con una espumadera y, en la misma agua, después de que vuelva a hervir, vertemos la pasta corta elegida que coceremos muy al dente.
Finalmente, también escurrimos la pasta y la trasladamos a un cuenco.
Los trozos grandes de calabacín los pondremos en una batidora con una cucharada de aceite de oliva virgen extra, la albahaca ya lavada, 100 gramos de nueces peladas, un trozo de cebolleta fresca o de su tallo, igualmente aromático, y una pizca de pimienta si lo deseamos. Batimos todo hasta obtener una crema suave y aterciopelada. Probamos y ajustamos de sal si es necesario, ya que los calabacines tienen un sabor muy delicado que tiende a ser dulce.
Condimentamos la pasta con la crema de calabacines, los trozos de tomate, algunas otras hojas de albahaca picadas y las nueces restantes desmenuzadas. Mezclamos todo, añadimos otro chorrito de aceite de oliva virgen extra, si lo consideramos oportuno, y ponemos a descansar en la nevera, bien cubierto, hasta el momento de servir, aunque la pasta fría con crema de calabacines y nueces está buenísima desde el principio.
