Pastel de calabacín al horno

El pastel de calabacín al horno es una verdadera delicia, sobre todo gracias al relleno de queso fundido que lo hace de una bondad única. Se trata de un segundo plato vegetariano de preparar con solo tres ingredientes, que une segundo y guarnición en un solo plato, muy fácil y que puede ser servido tanto tibio como frío, perfecto también como plato para llevar, para disfrutar en el tiempo libre. El pastel de calabacín al horno no contiene huevos ni gluten; además, podemos usar quesos sin lactosa para rellenarlo.

  • Dificultad: Muy fácil
  • Costo: Económico
  • Tiempo de preparación: 30 Minutos
  • Porciones: 6
  • Métodos de Cocción: Horno, Parrilla
  • Cocina: Italiana
  • Estacionalidad: Primavera, Verano y Otoño

Ingredientes

  • 500 g calabacines a la parrilla
  • 200 g provola semicurada
  • 50 g pecorino romano

Herramientas

  • 1 Bandeja

Pasos

Para realizar nuestro pastel rico y super delicioso, procuremos una bandeja (aluminio, acero, vidrio, porcelana) de 20 x 20.

Lavemos los calabacines, eliminamos las partes dañadas o no comestibles y los cortamos en rodajas de unos 3 milímetros de grosor. Es mejor no cortarlos demasiado finos, porque se corre el riesgo de romper las rodajas durante la fase de asado y de quemarlas demasiado en la parrilla; además, la consistencia se beneficia, porque no se corre el riesgo de que se vuelvan blandos.

En mi caso, los calabacines eran del tipo largo; para cortarlos sin problemas, los dividí por la mitad.

Tan pronto como las rodajas estén asadas al punto justo por ambos lados, las transferimos poco a poco a una rejilla, para que pierdan el exceso de humedad residual.

No hay que condimentar ni salar los calabacines asados, ya que absorberán la salinidad de los quesos, durante la cocción.

Cuando todos los calabacines estén asados, cortamos muy finamente la provola semicurada (o emmental, etc…)

Es preferible usar un queso a pasta filante semicurado, para evitar que suelte demasiado líquido durante la cocción (como la mozzarella, provola fresca, fior di latte, etc…), ya que los calabacines de por sí son una hortaliza rica en agua.

Forramos la bandeja con papel de horno.

Ponemos en el fondo de la bandeja una primera capa horizontal de rodajas de calabacín, ligeramente superpuestas.

Las cubrimos con abundante provola en rodajas y una cucharada abundante de pecorino romano.

Hacemos una segunda capa, sin presionar la inferior, colocando las rodajas de berenjena en sentido vertical esta vez (como se hace para el tiramisú, para entendernos), siempre ligeramente superpuestas, y de nuevo provola, pecorino y así sucesivamente hasta terminar todos los ingredientes.

Transferimos la bandeja al horno, a media altura, lo encendemos y lo llevamos a 180*, dejando que se cocine lo justo para que se funda el queso y se amalgamen los sabores (no es necesario encender el horno con antelación).

El pastel de calabacín al horno está listo y es sabroso tanto caliente como frío, os lo aseguro.

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mielefarinaefantasia

Recetas fáciles para el día a día y ocasiones especiales, para todos los días y para todos los gustos, incluso sin gluten.

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