Las pizzette dulces de Carnaval son unos suaves bocaditos de masa leudada fritos y pasados por azúcar, realizados con la masa de pizza sobrante. Son bocaditos sencillos pero muy, muy sabrosos, que en mi casa se hacían tanto junto a otros dulces típicos de Carnaval, como las chiacchiere y el sanguinaccio, pero también en ocasiones especiales, como cumpleaños y onomásticas. A menudo las preparo especialmente para el sábado por la noche, o el domingo después del almuerzo.
- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Muy económico
- Tiempo de reposo: 5 Horas
- Tiempo de preparación: 15 Minutos
- Porciones: 15/18
- Métodos de Cocción: Fritura
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Carnaval
Ingredientes
- 200 g harina 00
- 2 g levadura de cerveza fresca
- 125 ml agua
- 4 g sal fina
- 1 cucharadita azúcar granulado
- 1 sobre vainillina
- c.s. aceite de semillas para freír
- c.s. azúcar granulado para espolvorear
Herramientas
- 2 Cuencos
Preparación
Vertemos la mitad del agua a temperatura ambiente en un cuenco grande y disolvemos la levadura de cerveza. Añadimos la harina tamizada y mezclamos rápidamente. Luego unimos el resto del agua, la sal fina, una abundante cucharadita de azúcar granulado y la vainillina (ambos son opcionales y los agrego solo si hago esta masa especialmente dulce para las pizzette) y amasamos bien hasta obtener una masa suave y lisa. Dado que no todas las harinas absorben los líquidos de la misma manera, podría ser necesario añadir otra cucharada o cucharadita de agua a la masa.
Formamos una bola, la cubrimos bien y la dejamos leudar hasta que duplique su tamaño (los tiempos dependen mucho de la temperatura ambiente, en mi caso tardó unas 4 horas y media).
Cuando la masa haya leudado, la volcamos delicadamente sobre una mesa de trabajo ligeramente enharinada y le damos forma de serpiente, de la cual cortaremos bolitas de unos 25/30 gramos cada una (al freír, duplicarán su volumen). Las redondeamos con las manos para obtener pequeñas esferas y las dejamos leudar otra hora, bien cubiertas y separadas.
Después de una hora, ponemos a calentar el aceite de semillas en una sartén antiadherente y de paredes altas.
En un cuenquito ponemos el azúcar.
Cuando el aceite esté caliente, tomamos una bolita y la aplastamos con los dedos, como si quisiéramos darle la forma de una pizzetta en miniatura y la sumergimos en el aceite profundo. La giramos varias veces hasta que esté hinchada y dorada (un par de minutos), sin dejar que se oscurezca demasiado, porque se volvería dura por fuera. Continuamos hasta terminar las esferas de masa.
Cuando cada pizzetta esté lista, la escurrimos del aceite, la pasamos por el azúcar granulado y luego la colocamos en un plato de servir.
Consejo: dado que el azúcar granulado absorbe humedad, ya después de la tercera o cuarta pizzetta se impregnará de aceite y tenderá a no adherirse más a la superficie del dulce. Por eso es mejor pasar cada pizzetta individual en una cucharadita de azúcar que agregaremos en el momento.
