Hoy hablamos de uno de los risottos más clásicos, es decir, el de calabaza. Se trata de un plato muy fácil, ligero, vegetariano y sin gluten. Es un risotto sabroso, fragante, realizado con una calabaza muy aromática, de sabor dulce y con una pulpa firme, compacta y poco fibrosa. El risotto con calabaza es un primero versátil, que se presta para ser enriquecido y personalizado y preparado para el almuerzo del domingo, para la cocina diaria pero también para una ocasión importante, como cumpleaños, aniversarios, San Valentín, y así sucesivamente, gracias a su elegancia y la sofisticación del sabor.

- Tiempo de reposo: 2 Minutos
- Tiempo de preparación: 30 Minutos
- Porciones: 4
- Métodos de Cocción: Horno
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Otoño, Invierno y Primavera, San Valentín
Ingredientes
- 1500 ml agua
- 1 zanahoria
- 1 rama de apio
- 1/4 cebolla amarilla
- 250 g arroz Arborio o Carnaroli
- 2 cucharadas vino blanco seco
- 250 g calabaza (ya pelada)
- a gusto sal fina
- a gusto aceite de oliva virgen extra
- 1 pizca curry
- 2 cucharadas pecorino curado rallado (opcional)
- a gusto perejil fresco picado al momento
- 1 pizca guindilla fresca o en polvo (opcional)
Pasos
Para hacer este delicado y ligero risotto, usaremos la tostada en seco que no prevé el uso de mantequilla o aceite para el sofrito inicial del arroz.
He optado por usar pecorino muy curado y sabroso para mantecar nuestro risotto para contrastar la dulzura de la calabaza que he usado, creando un buen equilibrio de sabores y aromas.
Comencemos preparando el caldo para el risotto. Lavamos y limpiamos tanto la zanahoria, la cebolla y el apio. Los cortamos en trozos no muy pequeños y los añadimos al agua que habremos puesto en una cacerola. Llevamos a ebullición y dejamos hervir a fuego lento durante 15-20 minutos como máximo, a fuego bajo con tapa. El caldo debe estar siempre hirviendo cuando lo vayamos a añadir al risotto.
Ahora preparamos la calabaza. Eliminamos la cáscara exterior y eventuales semillas y filamentos. La cortamos en cubos pequeños y los pasamos bajo el agua corriente, dejándolos escurrir bien. Podéis usar la calabaza que más os guste o que ya tengáis disponible.
.Preparemos el risotto. Calentamos a fuego bajo, en el fogón medio, una cacerola baja, ancha y antiadherente.
Cuando la cacerola esté caliente, subimos el fuego, vertemos el arroz (sin añadir ningún tipo de grasas ni condimentos) y lo dejamos tostar, revolviéndolo un par de veces, hasta que también en la superficie esté caliente (pocos minutos).
Cuando el arroz esté caliente, vertemos poco a poco, lentamente y con cuidado un primer cucharón de caldo hirviendo (cuidando de no quemarnos, porque solo en este caso el líquido podría salpicar, por lo que recomiendo vivamente verterlo con cautela, revolviendo lentamente).
Cuando hayamos hecho absorber al arroz casi por completo el primer cucharón de caldo, añadimos los cubos de calabaza, vertemos el vino y mezclamos.
Revolviendo de vez en cuando, esperamos que el alcohol se evapore, luego salamos y añadimos más caldo, a medida que el anterior se haya casi por completo secado. El caldo no debe secarse completamente.
Iremos añadiendo cada vez menos caldo a medida que el risotto llegue a su cocción.
Probamos y cuando el risotto esté al dente, apagamos, lo alejamos del fogón, añadimos la pizca de curry (que queda genial con la calabaza), la pizca de guindilla o de pimienta blanca recién molida, el pecorino curado (si se desea), un chorro de aceite de oliva virgen extra, mezclamos, cubrimos y dejamos reposar máximo dos minutos.
Antes de emplatar, completamos con una pizca de perejil picado, lo integramos en el risotto y servimos inmediatamente.
Buen provecho