El risotto con puerros, radicchio y gorgonzola al mascarpone es una exquisita receta de sabor no demasiado fuerte ni pesado, sino equilibrado y refinado. Es un primer plato fácil que podemos proponer a nuestros comensales para el almuerzo del domingo o para ocasiones especiales. La delicadeza del puerro y la sapidez del gorgonzola equilibran la nota amarga del radicchio, contribuyendo a crear un risotto que merece la pena probar, sabroso y diferente de lo habitual.

- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Medio
- Tiempo de reposo: 2 Minutos
- Tiempo de preparación: 30 Minutos
- Porciones: 4
- Métodos de Cocción: Cocina
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Otoño, Invierno y Primavera
Ingredientes
- 200 g arroz Carnaroli
- 100 g radicchio rojo
- 1 puerro
- 50 g gorgonzola al mascarpone
- c.s. sal fina
- c.s. aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharada vino blanco seco
- 1 zanahoria
- c.s. hojas de puerro
- 1 tallo apio
- 1 l agua
Preparación
1) Para realizar nuestro risotto con puerros, radicchio y gorgonzola, comencemos con el caldo. En una olla, ponemos a calentar agua con zanahoria, apio y algunas hojas verdes de puerro. Dejamos hervir el caldo solo 10 minutos.
2) Para el sofrito lavamos y picamos 3 hojas de puerro tanto verdes como blancas (las más internas y tiernas).
3) Cuando el caldo esté listo, preparamos el risotto. En una sartén calentamos aceite de oliva virgen extra y cuando esté caliente unimos el picado de puerro. Dejamos dorar a fuego lento, hasta que despida su aroma y esté tierno (aproximadamente 8/10 minutos), removiendo a menudo.
4) Subimos el fuego, añadimos el arroz y lo dejamos tostar por unos minutos, removiendo continuamente, hasta que esté translúcido. Añadimos el vino y dejamos evaporar la parte alcohólica.
5) Añadimos 3/4 del radicchio picado y salamos poco, sin exagerar (porque al final mezclaremos con el gorgonzola) y comenzamos a añadir un cucharón de caldo caliente cada vez. Añadimos más caldo solo cuando el anterior se haya absorbido casi por completo, sin dejar secar demasiado el risotto. Removemos a menudo y no dejamos el risotto desatendido.
6) A medida que el arroz se cueza, disminuimos también la cantidad de caldo a añadir. Al final de la cocción (el arroz debe estar al dente, no blando), apagamos, retiramos la sartén del fuego y añadimos el gorgonzola en trozos. Removemos para derretir el queso perfectamente, añadimos el radicchio restante (que ayudará a dar una nota crujiente a nuestro suculento risotto), cubrimos y dejamos reposar un par de minutos antes de servirlo.
Para dar una nota de color adicional, podemos añadir a nuestro risotto con puerros, radicchio y gorgonzola, un cuarto de cucharadita rasa de cúrcuma en polvo disuelta en el último cucharón de caldo.
Buen provecho