Pellegrino Artusi, en su libro «Ciencia en la cocina y el arte de comer bien» habla del «Gateau a la noisette», un extraordinario pastel a base de avellanas y almendras, tan bueno que, según el autor, merecía un gran nombre. Tiene toda la razón Artusi, sobre la bondad de este dulce. Yo también hoy os hablaré de este aromático y delicioso dulce, advirtiéndoos sin embargo que he hecho una sola modificación, es decir, he usado solo avellanas; es por esto que la he llamado tarta de avellanas de Pellegrino Artusi, porque, aunque poco, no es completamente fiel al original. Se trata de una tarta sin gluten, sin levadura, muy fácil, cuyo procedimiento recuerda un poco al de la «pasta genovesa». Es tan suave que se puede disfrutar sola, sin necesidad de ser mojada, rellenada ni acompañada de cremas y salsas. Tiene una estructura y alveolado compacto pero esponjoso, que casi se deshace en la boca. Para poder disfrutar plenamente de los aromas y sabores de esta tarta, recomiendo prepararla al menos con un día de antelación.
- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Medio
- Tiempo de reposo: 1 Hora
- Tiempo de preparación: 30 Minutos
- Porciones: 10
- Métodos de Cocción: Horno
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Otoño, Invierno, Todas las estaciones
Ingredientes
- 4 huevos medianos
- 170 g azúcar granulada
- 100 g avellanas trituradas
- 125 g harina de arroz blanco finísima
- 100 ml mantequilla derretida templada (también sin lactosa)
- 1/4 cucharadita pasta de vainilla
- 2 g sal fina
- c.n. Mantequilla y harina de arroz para el molde
- 50 ml nata fría para montar (también sin lactosa)
- 25 g granillo de avellanas
Pasos
Algunos consejos antes de empezar.
– Sacamos los huevos de la nevera al menos una hora antes (si la temperatura ambiente es demasiado alta, bastará con sacarlos de la nevera 30 minutos antes de proceder a hacer el dulce).
– Podemos usar avellanas enteras o en granillo tostadas. Es importante que estén tostadas porque, de lo contrario, no conferirían a la tarta el sabor y el aroma que la caracterizan.
– Para evitar que las avellanas suelten aceite y se conviertan en una pasta, además de añadir el azúcar, os recomendaría tanto reducirlas a granillo antes de triturarlas, para acortar los tiempos en la batidora y evitar así calentarlas demasiado, como mantenerlas en la nevera durante media hora antes de usarlas.
Preparamos la tarta
Engrasamos y enharinamos un molde desmontable de 24 centímetros.
Cascamos los huevos en un bol grande o en una batidora planetaria y los batimos durante 15 minutos con las varillas eléctricas a máxima velocidad con solo 100 gramos de azúcar granulada y la vainilla.
Encendemos el horno a 170*.
Es importantísimo que el horno ya haya alcanzado la temperatura cuando introduzcamos el dulce, ya que la tarta de avellanas no contiene levadura y será el aire incorporado en la mezcla de huevos y azúcar lo que la hará subir.
Mientras tanto, mientras los huevos y el azúcar montan a crema, reducimos el granillo de avellanas a polvo, triturándolas con los restantes 70 gramos de azúcar previstos en esta receta; debemos obtener una especie de harina.
Derretimos la mantequilla, cortada en trozos, a fuego bajo y dejamos que se temple durante unos cinco minutos antes de añadirla a la masa de huevos y azúcar.
En un bol tamizamos la harina de arroz, añadimos la harina de avellanas, la sal fina y las mezclamos juntas.
Después de 15 minutos, cuando huevos y azúcar se hayan convertido en una masa hinchada, cremosa y espumosa, triplicando el volumen inicial, apagamos las varillas eléctricas y unimos las harinas, añadiéndolas a la mezcla de huevos y azúcar en tres veces e incorporándolas con delicadeza a mano (con una espátula o una varilla de acero) con un movimiento de abajo hacia arriba, es decir, desde el fondo del bol hacia arriba, dibujando casi una especie de círculo imaginario.
Por último, uniremos la mantequilla derretida líquida, templada, en tres veces, siempre con delicadeza y mezclando de abajo hacia arriba.
Vertemos inmediatamente la mezcla en el molde y al horno estático a media altura, durante unos 25 – 30 minutos como máximo, dependiendo del tipo de vuestro horno.
Para verificar la cocción completa, pinchamos la tarta de avellanas con un largo palillo de brocheta que deberá salir seco.
Apagamos y sacamos inmediatamente la tarta del horno. Dejamos que se asiente durante unos 60 minutos, luego podemos sacarla del molde y ponerla en un plato de presentación.
Podemos disfrutarla tal cual, con una espolvoreada de cacao amargo en la superficie; o decorarla, como hice yo.
Decoración
Montamos la nata fría de la nevera a punto de nieve, añadiendo, si apetece, cáscara rallada de naranja.
Pincelamos un poco de nata montada sobre la superficie de la tarta (de esta manera el granillo de avellanas no se deslizará) y decoramos la tarta con montoncitos de nata y abundante granillo de avellanas.
La idea extra. Además de la vainilla, tal como se prevé en la receta original, podemos aromatizar la tarta de avellanas con una cucharadita de licor «Strega» para añadir a la mantequilla derretida; o con cáscara rallada finamente de naranja y limón o canela en polvo para unir a los huevos y al azúcar mientras montan a crema.
Buen provecho

