La tarta de queso con fresas y kiwi es un postre de nevera, sin cocción. Es un derroche de colores y aromas; está preparado con una suave y delicada crema a base de nata fresca y ricotta, rellena de fruta fresca. Es ideal para la mesa del domingo y como postre fresco y primaveral para preparar para el Día de la Madre. No se necesita cocer nada, es facilísima, muy vistosa, chic y elegante. Esta exquisita tarta fría también se puede realizar con ingredientes sin gluten y sin lactosa, sin nada que envidiar a las tartas de queso con ingredientes tradicionales. La tarta de queso con fresas y kiwi, además, no contiene ningún tipo de espesante y recomiendo prepararla con unos días de antelación para que resulte aún más deliciosa.

 

  • Dificultad: Muy fácil
  • Costo: Medio
  • Tiempo de reposo: 12 Horas
  • Tiempo de preparación: 30 Minutos
  • Porciones: 15
  • Métodos de Cocción: Sin cocción
  • Cocina: Italiana
  • Estacionalidad: Primavera, Verano, Día de la Madre

Ingredientes

  • 250 g galletas secas (también sin gluten)
  • 160 g mantequilla derretida (también sin lactosa)
  • q.b. ralladura de limón
  • 300 ml nata fresca para montar (también sin lactosa o vegetal)
  • 200 g ricotta de vaca (también sin lactosa)
  • 4 cucharadas azúcar glas
  • q.b. ralladura de limón
  • 250 g fresas
  • 2 kiwis
  • 3 kiwis
  • 2 kiwis
  • 250 g fresas

Pasos

Para realizar nuestra deliciosa tarta fría necesitaremos en total 500 gramos de fresas y 7 kiwis de tamaño mediano (puede que no sea necesario usarlos todos, pero siempre cojo alguno más porque los kiwis no tienen todos el mismo tamaño).

El número de porciones es puramente indicativo, ya que depende del tamaño de las rebanadas que se corten.

1) Cubrimos la base de nuestro molde con un disco de papel de horno un poco más grande que la base misma. Luego, cortamos una tira de papel de horno que debe ser de 60 cm de largo y un poco más alta que las paredes del molde. Humedezcamos con un poco de agua solo el lado de la tira que estará en contacto con las paredes del molde; de esta manera se adherirá perfectamente sin despegarse.

2) Reducimos las galletas a migajas (pero sin pulverizarlas), utilizando una batidora o un mazo y las ponemos en un bol grande. Rallamos la cáscara de un limón entero y añadimos tres cuartas partes a las galletas; dará a la base un aroma y una frescura que mitigarán el sabor a mantequilla.

3) Derretimos la mantequilla, la unimos inmediatamente a las galletas y mezclamos rápidamente con una cuchara de madera para distribuirla y hacerla absorber uniformemente. Vertemos la mezcla obtenida en el molde y, ayudándonos con un mazo (o cualquier otro objeto), golpeamos y nivelamos bien la base de galletas que debe ser uniforme en toda la superficie. Ponemos el molde cubierto en la nevera durante al menos dos horas para que se endurezca la mantequilla y, en consecuencia, la base de galletas.

4) Mientras tanto, ponemos la ricotta en un colador para escurrir el suero eventual.

5) Semi montamos la nata (es decir, cuando comienza a ponerse densa), luego añadimos la ricotta y el azúcar glas, la ralladura de limón restante, finamente rallada, y seguimos montando hasta obtener una mezcla firme, densa, en la que las varillas «escriban», es decir, dejen marcas evidentes.

En el caso de usar nata vegetal ya azucarada no es necesario añadir azúcar a la crema.

Pasemos a la decoración de los bordes. (Podrás decorarla como más te guste y desatar tu imaginación).

5) Cortamos en rodajas finas dos kiwis.

6) Retomamos la base de nuestro postre y aplicamos alrededor de las paredes del molde, sobre el papel de horno, las rodajas de kiwi como se ve en las fotos 3 y 4, superponiéndolas un poco una a la otra.

7) Lavamos, pelamos y troceamos otros 2 kiwis y 250 g. de fresas y los colocamos sobre la base de galletas.

8) Finalmente, vertemos la crema de ricotta y nata sobre la fruta fresca. Ayudándonos con una espátula o el dorso de una cuchara, la distribuimos y la nivelamos de manera uniforme en toda la superficie. Volvemos a poner la tarta de queso en la nevera, bien cubierta.

9) Unas horas antes de servir la tarta de queso, cortamos en rodajas, o simplemente por la mitad, los otros 250 gramos de fresas; cortamos otro kiwi en rodajas finas de unos 2 milímetros. Decoramos el postre como en la foto o según nuestros gustos e imaginación.

La idea extra. Como sugería en la introducción, la tarta de queso con fresas y kiwi se puede preparar completamente con ingredientes sin gluten y sin lactosa, como hice yo:

-galletas sin gluten (excelentes las de coco que combinan bien con las fresas y los kiwis)

-mantequilla sin lactosa

-ricotta sin lactosa

-nata vegetal o nata fresca sin lactosa a elección

 

 

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mielefarinaefantasia

Recetas fáciles para el día a día y ocasiones especiales, para todos los días y para todos los gustos, incluso sin gluten.

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