Tarta rellena de higos

La tarta que quiero proponeros hoy es un delicioso cofre relleno de higos frescos, con aroma de limón. Es un postre que puede ser ofrecido el domingo a la hora del almuerzo, al final de la comida, o en una ocasión especial. Es fácil de hacer, no es empalagoso al paladar, tiene una consistencia exterior que recuerda a la de la pasta quebrada (aunque no es propiamente la clásica y tradicional pasta quebrada), mientras que el interior es húmedo y muy suave. Os enamoraréis al primer bocado. Buena lectura.

  • Dificultad: Muy fácil
  • Costo: Medio
  • Tiempo de reposo: 3 Horas
  • Tiempo de preparación: 30 Minutos
  • Tiempo de cocción: 25 Minutos
  • Porciones: 10
  • Cocina: Italiana
  • Estacionalidad: Otoño

Ingredientes

  • 300 g harina 00
  • 75 g azúcar
  • c.s. vainilla (líquida o en pasta)
  • 65 g mantequilla
  • 1 huevo
  • 65 ml leche (o jugo de fruta fresca al gusto)
  • 1 cucharadita licor al gusto
  • 4 g levadura para dulces
  • 1 g sal fina
  • 1 limón
  • 1 kg higos frescos pesados ya limpios

Pasos

Comencemos lavando muy bien un limón y rallando completamente su cáscara muy, muy finamente.

Lavamos y pelamos completamente los higos. Los cortamos en trozos y los ponemos en un bol, mezclándolos con una cucharadita de jugo de limón, los cubrimos y los trasladamos al refrigerador, mientras tanto.

Necesitaremos la mitad de la clara de nuestro huevo para impermeabilizar la masa de la tarta y evitar que se humedezca al contacto con la fruta del relleno. Para ello, separamos la yema de la clara y, con una cucharadita, tomamos la mitad que pondremos en una taza de café. La yema y la clara restante se incorporarán al interior de la masa de la tarta.

Preparemos la masa blanda de la tarta.

En un bol grande tamizamos muy bien la harina y la levadura juntas; luego agregamos, en secuencia: la mantequilla fría, el azúcar, una pizca de sal, la yema y la clara restante, el licor, la vainilla y la mitad de la cáscara de limón rallada.

Comenzamos a amasar a mano o con una amasadora, vertiendo la leche fría, poco a poco (podría no ser necesario agregar toda la leche, ya que las harinas no siempre absorben la misma cantidad de líquidos), hasta obtener una consistencia muy similar a la de la pasta quebrada, es decir, firme y fácil de manipular. Compactamos la masa con las manos y la trasladamos a una mesa enharinada. La trabajamos brevemente para formar un cuadrado o rectángulo, la envolvemos en film de cocina y al refrigerador por 30 minutos.

Después de 30 minutos, sacamos la masa de la tarta y la dividimos en dos «discos», uno de los cuales es ligeramente más pequeño que el otro.

Engrasamos un molde para tarta de 22 cm (o lo humedecemos con agua, para que el papel de horno se adhiera mejor al molde).

Cortamos una hoja de papel de horno lo suficientemente grande como para extender con el rodillo el disco de masa más grande que será el contenedor de los higos.

Lo extendemos con un diámetro de aproximadamente 30 cm, con un grosor de 4-5 milímetros y, ayudándonos con el papel de horno, lo colocamos en el molde y lo igualamos. No cortamos todo el exceso de masa de los bordes, porque podríamos usarlo para cerrar la tarta obteniendo un motivo de cordón, si se desea.

Ahora pincelamos bien el interior de la tarta con la clara que habíamos apartado y colocamos el molde en el refrigerador, el tiempo necesario para extender el otro disco de masa, también sobre papel de horno, que será la «tapa» de nuestra tarta rellena de higos.

Encendemos el horno a 180*

Sacamos del refrigerador el molde, añadimos los higos cortados en trozos, distribuyéndolos uniformemente dentro de la tarta, perfumamos todo con la cáscara de limón restante y cubrimos con el segundo disco de masa, sellando la tarta perfectamente. Pincelamos con un poco más de clara también la parte superior de la tarta, luego hacemos un pequeño corte de un par de centímetros en la superficie de la masa, en el centro; servirá para que salga el exceso de humedad liberado por los higos. .

Cuando el horno haya alcanzado la temperatura, horneamos la tarta en el estante central durante 25/30 minutos, dependiendo de la potencia de vuestro horno.

Cuando la tarta esté uniformemente dorada, apagamos el horno, abrimos la puerta dejando solo una rendija y la dejamos reposar dentro del horno sin tocarla durante al menos 3 horas, porque podría romperse. La tarta rellena de higos debe cortarse y consumirse solo cuando esté completamente fría.

La idea extra. Si os queda masa cruda, podréis usarla para hacer galletas. Se conserva en el refrigerador por un máximo de un día.

La tarta rellena de higos debe conservarse en el refrigerador, bien cerrada en un porta tartas.

Bon appetit


 

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mielefarinaefantasia

Recetas fáciles para el día a día y ocasiones especiales, para todos los días y para todos los gustos, incluso sin gluten.

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